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Luego de que en 2012 unas mil 600 obras de arte expoliadas por los nazis, entre las que había creaciones de maestros como Pablo Picasso, Édouard Manet, Marc Chagall, Max Liebermann u Otto Dix, confiscadas por los nazis, fueran halladas por autoridades alemanas en el departamento de Cornelius Gurlitt en Múnich, la preocupación por recuperar y restituir a los propietarios legítimos las piezas se tornó seria en Alemania.
De esta manera, en abril pasado se creó el Centro Alemán para la Pérdida de Patrimonio Cultural, un organismo interlocutor para atender las demandas sobre el tema, dirigido por el historiador de arte Uwe Schneede, antiguo director del Centro de Arte de Hamburgo.
De acuerdo con Deutsche Welle, fueron designados unos cuatro millones 250 mil dólares para el proyecto, una de las finalidades primordiales del nuevo organismo es rastrear el camino de las obras de arte que fueron saqueadas por los nazis y generar para ello cooperaciones con universidades extranjeras, archivos y bancos de datos en Israel (ya que la mayor cantidad de obras expoliadas fue a judíos), Estados Unidos o Francia.
“Me parece importante que quienes se ocupan del saqueo de arte estén bajo un mismo techo, porque ese podría ser el punto de encuentro para quienes trabajen en este asunto tanto a nivel nacional como internacional”, dijo a DW Isabell Pfeiffer-Poensgen, secretaria de la Fundación Cultural de estados federados.
“Si hay algo positivo en Gurlitt, es que ha ayudado a poner sobre la mesa el tema del arte saqueado”, concluyó.
Más que una misión, es obligación del organismo recién creado promover un par de cumplimientos firmados por Estados Unidos, Alemania y otros estados europeos en 1998 y 1999, en los que se comprometen a hallar e identificar el arte saqueado o expoliado por el régimen nazi y devolverlo a sus dueños o herederos.
rqm