El escultor mexicano Jorge Marín, uno de los artistas contemporáneos del país norteamericano con más presencia en China, presentó hoy en un vanguardista museo de Shanghái su escultura de unas "Alas de México" con las que todo visitante se acaba haciendo una fotografía.

Se trata de unas enormes alas de bronce a escala humana, colocadas en un pedestal al aire libre, a la entrada del museo Long de Shanghái, de tal manera que la obra no está completa hasta que una persona se sube y se pone delante, como si fuera un ángel o una antigua representación de la Victoria.

En China, donde la gente suele ser muy aficionada a hacerse fotografías amables en cualquier circunstancia, el éxito del proyecto se ha notado desde el primer momento, y ya horas antes de que se presentase formalmente la escultura, que estará cinco meses en ese lugar, decenas de personas hacían cola para hacerse una foto.

"Me gusta que la gente pueda acercarse a una obra sin un texto explicativo previo, y aquí la idea es que la gente la use, que conecte con la obra y forme parte de la obra, es una pieza interactiva", explicó hoy Marín, que viajó por tercera vez a la ciudad, donde ya se había expuesto antes su arte.

"Mi idea original es que cada persona pudiera usarla para celebrar una victoria, porque cada uno conoce sus propias victorias y sus derrotas, y ojalá sea eso lo que estén haciendo muchos al posar con estas alas, acordarse de algo bueno que hicieron en la vida", deseó.

El proyecto, creado en 2010 y traído a China con la colaboración de la Secretaría de Relaciones Exteriores de su país, así como la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Amexid) y la propia diplomacia mexicana en el país, está en plena gira por Asia.

Comenzó exponiéndose en el aeropuerto internacional de Changi, en Singapur, ahora estará hasta marzo en el museo Long y acabará en el aeropuerto de Hong Kong.

De la obra, además, se han hecho ocho copias que serán cedidas a otras tantas ciudades del mundo, entre ellas, México D.F., donde ya se ha convertido en un símbolo en el Paso de la Reforma, además de Berlín, Tel Aviv y Singapur, y no se descarta que otra de las cuatro restantes pueda ser una ciudad china.

La comisaria jefe del museo Long, Wang Wei, dijo que la llegada de esta obra supone "un hito" para Shanghái, ya que "a partir de ahora será parte del paisaje urbano de esta zona, y va a traer muchas alegrías al interactuar con el público".

sc

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