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La obra maestra del barroco "El éxtasis de Santa Teresa" del escultor Gian Lorenzo Bernini, luce desde hoy restaurada y limpia de la suciedad acumulada por el paso del tiempo, informó hoy el Ministerio de Cultura italiano en un comunicado.
La presentación de la escultura, tras un proceso de restauración que comenzó en diciembre de 2014, se celebró hoy en Roma en el lugar que la custodia, la iglesia de Santa Maria della Vittoria, situada en el centro de la capital italiana.
Además, el proyecto de restauración incluyó la Capilla Cornaro, que es el lugar exacto en el que se encuentra emplazado el grupo escultórico realizado en un único bloque de mármol blanco de Carrara.
Bernini reprodujo a Santa Teresa en el momento de sentir una experiencia mística representándolo simbólicamente por la santa que flota sobre unas nubes y por un ángel alado que desde arriba se dispone a lanzar una flecha hacia ella.
"El éxtasis de Santa Teresa" (1647-1651), conocido también como la "Transverberación de Santa Teresa", se había deteriorado con el paso del tiempo a causa de la contaminación y el poco mantenimiento.
"La contemplación de la escultura quedaba afectada por la espesa capa de suciedad depositada", reza la nota del Ministerio, que señala el emplazamiento céntrico de la iglesia de Santa María de la Vittoria en Roma como el culpable de la acumulación de la suciedad.
"La posición de la iglesia, totalmente inmersa en el tráfico ciudadano y en el continuo flujo de turistas, ha influido bastante en el deterioro" del grupo escultórico.
La restauración del conjunto ha sido obra de Lia Di Giacomo, directora de los trabajos de restauración, y de los restauradores Giuseppe Mantella y Sante Guido.
Además la inauguración de la restauración coincide también con la celebración del quinto centenario del nacimiento de la mística abulense (28 marzo 1515), un año en el que Roma también recordó su figura religiosa y espiritual con un congreso dedicado a su influencia en la literatura y en el papel de la mujer.
Teresa de Ávila fue beatificada por Pablo V en 1614, ingresó en 1535 en el convento Carmelitano de la Encarnación y allí vivió 27 años.
En 1562 fundó el convento de San José en Ávila, al que luego siguieron otros catorce en tierras de Castilla y Andalucía, y murió en el 4 de octubre de 1582 en Alba de Tormes (Salamanca).
rqm
