Michelle y Barack Obama han decidido enriquecer y expandir los parámetros de la colección de arte de la Casa Blanca, en donde algunos clásicos pictóricos norteamericanos han sido sustituidos por piezas de arte moderno y contemporáneo.
The New York Times describe cómo en la Sala Comedor de la residencia presidencial, un retrato de Edith Carow Roosevelt, esposa del vigésimo sexto presidente de Estados Unidos, fue sustituido por el óleo “Early Bloomer [Anagram (A Pun)]”, creado por Robert Rauschenberg en 1998.
Sobre la chimenea de la Sala Comedor, el retrato de Frances Folsom Cleveland, esposa del presidente Grover Cleveland, fue sustituido por un gran espejo que refleja obras abstractas de la pintora afroamericana Alma Thomas y del alemán fincado en EU, Josef Albers.
Al fondo, la pieza "Resurrection" (1966), de Alma Thomas, y del lado izquierdo, "Early Bloomer [Anagram (A Pun)]” (1998), de Robert Rauschenberg. (FOTO: Amanda Lucidon / Casa Blanca)
Lo que pareciera ser una acto de rebeldía en torno a la nueva decoración de los salones de la sede presidencial, termina siendo no más que una renovación que “trata de mantener el sentido de formalidad”, dijo al diario neoyorquino Bill Kloss, un historiador de arte y ex miembro de la Comisión para la Preservación de la Casa Blanca, cuya colección de arte se cuantifica en cerca de 500 obras.
Pero el cambio de piezas que cuelgan en la residencia en la capital norteamericana no ha sido total. La pareja presidencial ha respetado algunas de las obras icónicas, como el retrado de George Washington que pintó Rembrandt Peale en 1823 o el del Abraham Lincoln que ejecutó George Henry en 1915 y pende en el pasillo del ala oeste, cerca de la entrada de la Oficina Oval.
El cambio de arte clásico a las vanguardias del siglo XX no ha sido rotundo en las salas oficiales. Los Obama añadieron pintura tradicional en la oficina principal, como una obra de la Estatua de la Libertad pintada por Norman Rockwell en 1946 y el óleo “The avenue in the rain”, elaborado por Childe Hassam en 1917.
Pero en las habitaciones más privadas, en la parte alta de la residencia, el arte moderno y contemporáneo dominan los muros. La familia presidencial convive con piezas como “Watusi (Hard Edge)” y “Sky light”, de la afroamericana Alma Thomas; “White line”, realizada por Sam Francis en 1960; o “Red band”, ejecutada en 1955 por Mark Rothko.
Para Melissa Chiu, directora del Museo Hirshhorn y del Jardín de las Esculturas, el reconocimiento a los artistas afroamericanos forma gran parte de este proyecto de renovación. “En muchos niveles, puedes observar una diversificación en la selección de las obras de arte y artistas que revelan la historia de Estados Unidos”, aseguró a The New York Times.
rqm