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ssierra@eluniversal.com.mx
Las primeras falsificaciones de obras de Jorge Marín eran pequeñas piezas, plagios y derivaciones de su escultura Ícaro, más que grandes falsificaciones, cuenta el abogado Jorge Reza, quien representa al Estudio de Jorge Marín en un proceso que derivó en el aseguramiento, por parte de la Procuraduría General de la República (PGR), de 89 esculturas falsas con la firma del escultor, la madrugada de este martes. Hoy existen investigaciones en varias ciudades de México en las que se han detectado falsificaciones de las obras de este artista nacido en Uruapan, Michoacán, en 1963.
“Debido a que la falsificación de las obras de Jorge Marín alcanzó un nivel de vulneración mayor es que se tomó la determinación de emprender una acción judicial. Las primeras eran piezas ostensiblemente falsas, sin embargo, cuando las falsificaciones se hicieron en formatos mayores, se volvió una obligación del artista denunciar estos hechos. Hizo la denuncia, en primer lugar, por la responsabilidad que tiene con sus coleccionistas. Se trata de piezas de gran formato y producto del modelaje sobre obras auténticas. Eso provocó una alerta que determinó la acción del artista”, relata el abogado.
Entre las obras decomisadas por la PGR en los dos inmuebles, en la delegación Iztapalapa y en Ixtapaluca, estado de México, se encontraron dos esculturas de grandes dimensiones que debieron ser retiradas con una grúa.
Las primeras falsificaciones se podían encontrar en tianguis, pero al falsificar obras más grandes el comercio pasó a otros lugares: “El problema es cuando empezaron a firmarlas con su nombre (de Jorge Marín), que es una marca registrada, a moldear obras originales y a introducirlas en galerías y lugares que tuvieran cierta legitimación”, cuenta Jorge Reza, quien también es representante de la Fundación Javier Marín, artista cuyas obras también han sido plagiadas.
“Las galerías serias conocen la obra, tienen una relación directa con el artista y cuando la procedencia de la pieza no es del taller, las galerías buscan certificarla. Toda pieza auténtica viene acompañada de un certificado. Una galería que compra una pieza de procedencia incierta no tiene seriedad en su comercialización”, afirma Reza.
El abogado aclara que si bien hay piezas hechizas totalmente, también hay muchas moldeadas de un original. Agrega que la investigación continúa: “Hay bastantes personajes relacionados con estos hechos; personajes que colaboraron desde la etapa de la falsificación de la pieza hasta en la comercialización ilícita. La investigación continúa y hay muchos más implicados. Hay averiguaciones relacionadas con personas que son las que compran obras auténticas y que han sido replicadas en piezas falsas”.
Reza plantea que la expectativa es que este tipo de delito se acote con acciones como ésta, porque el problema es que las piezas apócrifas no sólo se distribuyen en la ciudad, sino en otras ciudades de México y en el extranjero. Es así como hoy hay investigaciones en curso Puebla, Monterrey, Guadalajara, Playa del Carmen, Querétaro y San Miguel de Allende. “Cualquier pieza falsa que detectamos nos implica una investigación”, asegura.
Al preguntarle al abogado sobre la complejidad de perseguir estos delitos en México, afirma: “Para nadie es una determinación sencilla iniciar denuncias penales. Hubo que agotar muchos trámites. Se agotaron opciones como implementar chips en las piezas, no quedó otra alternativa que denunciar. Los artistas no son los denunciantes sino el Estudio y la Fundación”.
En 2014 fue presentada la denuncia por Jorge Reza, como representante del estudio de Jorge Marín. De tal manera que la madrugada de este martes en Iztapalapa se aseguraron 54 esculturas de metal, mientras que en el estado de México fueron 35 las esculturas halladas con la firma falsa del escultor Jorge Marín.
En los inmuebles donde se hicieron los cateos no sólo había falsos de Marín, sino también de artistas como Leonora Carrington, Fernando Botero, Javier Marín y de Francisco Toledo.
La orden del juez fue ejecutada por la Unidad Especializada en Investigación de Delitos Contra los Derechos de Autor y la Propiedad Industrial.