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ssierra@eluniversal.com.mx
La caricatura es uno entre muchos desafíos que ha asumido a lo largo de su carrera el portugués Antonio Antunes, quien esta semana visitó México para participar en el primer Congreso de Cartón Político, Ilustración y Dibujo.
Antunes (Vila Franca de Xira, 1953), es también artista, diseñador, ceramista, escultor y es el fundador del Wolrd Press Cartoon, que nació en 2005 y que se ha convertido en el salón internacional de carticaturistas más importante del mundo.
¿Cómo fueron sus inicios?
Estudié pintura contra mi padre... Tenía razón, quería algo mejor para mí. Me interesé más por el lado plástico, tenía más placer con el dibujo, obvio, también resultados; pero ha sido el placer el que ha hecho la diferencia.
¿Qué lo llevó a la caricatura?
Estudié pintura, pero era un momento prerrevolucionario en Portugal, sentía que el régimen iba a caer. Era muy joven, quería participar como todos los estudiantes, hacer algo, no sabía qué. Entonces se me ocurrió publicar dibujos en los periódicos porque eran millares de personas que lo veían. No era una carrera, era hacer algo ligado a la plástica. Me quedé en la prensa. Sabía que quería hacer algo en artes plásticas, al principio era el sueño de la pintura, después la Revolución me hizo pensar que la pintura no podía influenciar nada, y si fuera muy bueno, mis cuadros acabarían en la casa de un señor con dinero para comprar. Ahí apareció el cartón.
¿Qué fue lo primero que publicó?
Era un muñequito que tuve un tiempo... una historia con tres dibujos, una tira: en el primer cuadrado el muñequito tenía una bola de hierro amarrada al cuello con cadenas; en el segundo, estaba más viejo y la bola estaba más grande, y en la tercera, la bola eran tan grande que partía el cuadro. Fue mi primer dibujo publicado y fue premonitorio; salió un mes y una semana antes del golpe de Estado. Era el 74. En un periódico llamado República.
Ha mantenido el cartón editorial y de opinión.
Sí, hubo un momento en que he tenido un cambio. Dejé aquel muñequito simbólico; pasé a otro tipo de dibujo con la caricatura del ministro, del político porque la realidad exigía eso.
¿Qué papel cree que juega hoy la caricatura en la vida del lector?
Yo acostumbro decir que el dibujo de prensa, sea cartón editorial o no, es una especie de oasis en un desierto de palabras. La vida, la cultura, hoy es muy plástica y visual. Los buenos cartones, y digo los buenos porque los malos hacen daño, son indispensables para un periódico, son su imagen, su distintivo, y también lo son la foto, el diseño, la infografía.
¿Cuándo siente la necesidad de crear algo más?
Quiero continuar en la prensa, pero con proyectos fuera, aventuras nuevas. La cerámica que hago es también caricatura; la escultura no es caricatura, pero hay ironía en ella. Hay momentos para nuevos desafíos. Y así fue con World Press Cartoon, me convencí de que era capaz de hacerlo con lo que había aprendido profesionalmente.
¿Cómo consiguió llevar tan lejos el WPC en tan poco tiempo?
En 2005 empezamos; se empezó a hablar con el alcalde de Sintra y a él le gustó la idea, le hice un presupuesto. Cambiamos pequeñas cosas, nunca algo estructural: el catálogo tiene la misma línea gráfica del primero, hay una coherencia de principios que se mantiene. Ahora estamos en una crisis complicada, para el exterior seguimos siendo los mismos, para el interior no. Tenemos calidad, las bases son las mismas, la coherencia, pero tuvimos que bajar los premios,
¿A qué atribuye la gran recepción?
Si se intenta hacer algo bueno, el premio tiene ser bueno, y el catálogo, y la exposición, y el trofeo. El jurado cambia cada s año, es gente seria, con peso en la profesión. El Gran Prix son 10 mil euros, antes eran 20 mil. Me criticaban que estaba dando dinero de más... los cartonistas aceptamos que un premio de literatura, de crónica, sean de mucho dinero, pero aquí no parece normal. Yo estoy convencido de que así tiene que ser.
¿De qué hechos de hoy le interesa hablar con sus dibujos?
Creo que la mayor inquietud es por el fundamentalismo islámico, es una cosa diabólica que tiene que ser parada o lo arrasará todo. Es una barbarie absoluta, lo que hicieron en Palmira no tiene palabras. El Estado Islámico nació de cosas erradas que hizo Estados Unidos, que rompió los equilibrios en Irak y en Siria. Ahora lo que se puede pedir a Estados Unidos, perdón por la expresión, es que hicieran la mierda, que combatan. De verdad. No lo hacen... Estados Unidos se siente lejos del Estado Islámico. Pero hoy todo es cercano, el mundo es pequeño.
¿Cómo ha cambiado la caricatura el Internet?
El espacio de la empresa de papel tiene que cambiar un poco, debe explicar, opinar las cuestiones, más que dar la noticia.
¿Qué tanto le importa el humor?
Profesionalmente es mi vida.