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cultura@eluniversal.com.mx
La agonía y el éxtasis. Así se llama la película de 1965 ubicada en el Renacimiento italiano, en la que Charlton Heston encarna a Miguel Ángel en pleno drama político y creativo en torno a la gran obra en la Capilla Sixtina. La agonía y el éxtasis. La otra historia que miles de personas escribieron durante las 72 horas que duró el maratón con el que se despidió la muestra Leonardo da Vinci y la idea de la belleza después de dos meses de exhibición.
Es el medio día del domingo. Por momentos todo parece caótico. Un elemento de seguridad repite sin cesar a la gente que intenta entrar al Palacio de Bellas Artes: “Se agotaron los boletos, ya no hay acceso a las salas”. La respuesta es la misma cada vez: “Pero hoy es gratis, tienen que dejarnos pasar”.
Es la minoría la que ignora que desde el viernes 21 de agosto a las 8 de la mañana inició un maratón histórico para contemplar las piezas que por primera vez se presentaban en México como el Códice sobre el vuelo de las aves, en conjunto con una selección de dibujos que exploran la relación que para Leonardo da Vinci existía entre belleza y naturaleza. Y que los boletos gratuitos se habían agotado.
La noche de un día soleado. En los últimos minutos del sábado se comenzaron a repartir los boletos para asistir gratuitamente a la muestra de Leonardo y a la de Miguel Ángel Buonarroti. Un artista entre dos mundos. La madrugada retó a la voluntad de los visitantes. Lluvia, viento, frío, una fila inmensa. A las 02:30 horas se habían repartido 3 mil 360 boletos. El resto de la fila, unas 100 personas, debía esperar seis horas más para que continuaran con la repartición de los horarios de las 8 de la mañana.
El cierre de taquillas molestó a los visitantes. “La organización está de la chingada, pésimo trato, pésima amabilidad por parte del personal de Bellas Artes, nos maltratan y amenzan con no dejarnos entrar si no nos organizmos, pero ¿cómo nos piden eso si ellos mismos no están organizados”, dijo uno de los afectados.
A las 4 de la mañana la lluvia arreció y la gente no se marchó. De pronto, la redención. El personal del Palacio hizo una única excepción: dejaron pasar a unas 300 personas para resguardarlas del clima. “No tuvimos corazón para dejarlos así”, dice uno de los trabajadores del Palacio.
Antes de las 12 horas no quedaba ningún boleto, unas 200 personas esperaron unos minutos más por un milagro que no ocurrió.
El Palacio de Bellas Artes no había sido testigo de un fenómeno de visitas desde 2007 cuando 420 mil personas en un periodo de dos meses acudieron a ver la muestra Frida Kahlo 1907-2007. Homenaje Nacional.
Ahora sigue esperando que la exposición de Leonardo alcance unas 300 mil personas.
El último corte del día de ayer registró que hasta las 16:18 horas habían acudido 282 mil 135 personas. Y en 57 horas de maratón habían ingresado 27 mil 832 visitantes.
El agosto. Durante el maratón se registró la reventa, los boletos de 49 pesos alcanzaron un tope de 700 pesos el día sábado. Ayer se remataban en 300. Nada se pudo hacer al respecto. El director del Museo del Palacio de Bellas Artes, Miguel Ángel Fernández Félix, indicó a la prensa que evitar el fenómeno era “tarea de todos, es una cuestión de civismo, lo que pedimos a la gente es que no los compre”.
Del maratón, dijo el funcionario, se quedan con la satisfacción de haber hecho lo posible para que miles de personas pudieran acceder a las salas.
Playeras con las imágenes de los dibujos, calendarios de 2015 con obras que no estaban en la exposición pero sí pertenecían a Da Vinci se vendían en 100 pesos; aunque la venta no fluyó como se tenía pensado. “No quisimos arriesgarnos a traer muchos calendarios, apenas van saliendo”, comentó la vendedora.
En la explanada y en el pórtico, la fiesta renacentista. Conciertos que abarcaron diversos géneros musicales, espectáculos escénicos y de clown, teatro para niños, la presencia de estatuas humanas y zancos renacentistas, performance con actos circenses y pantomima, actores que a partir de anécdotas y frases célebres de Miguel Ángel jugaron con el público, la proyección de la película La agonía y el éxtasis fueron algunas de las actividades que se realizaron a lo largo de la jornada.
Leonardo da Vinci y la idea de la belleza conquistó a la mayoría. “Son una maravilla, las horas de pie, con el sol, sin comer, todo valió la pena”, dijo una chica. Su novio no estaba tan convencido, esperaba ver más pinturas.
La muestra Miguel Ángel Buonarroti. Un artista entre dos mundos permanecerá abierta a partir de mañana y cerrará el próximo 27 de septiembre.
De acuerdo con el INBA, se mantendrá el horario extendido. Los martes se abrirá de 08: 00 a 19:00 horas. Los miércoles y jueves de 08:00 a 21 horas. Los viernes y sábados de 08:00 a 22 horas. Y el domingo de 08:00 a 20:00 horas. Hasta el cierre, no se tenía contemplado realizar otro maratón.