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Londres —En 1903 Christina Broom tenía 40 años cuando, movida por la necesidad y sin mayores conocimientos en el tema, salió a las calles de Londres con una cámara que tomó prestada para hacer fotografías y después venderlas como postales con el fin de sostener a su familia.

Cargando la pesada caja de la cámara y un trípode, Broom recorrió las avenidas y rincones de la capital británica para capturar sus vistas, la vida cotidiana, sus personajes; capturó lo mismo desfiles militares y eventos con miembros de la realeza que manifestaciones sociales, como la de Las Suffragettes, el movimiento por el voto femenino en Gran Bretaña.

Un puesto que montaba dos veces por semana en las puertas de las Caballerizas Reales de Buckingham Palace le sirvió de oficina para vender sus postales y retratos, que inmediatamente comenzaron a publicarse en periódicos y revistas ilustradas de la época, como el Daily Sketch, Illustrated London News y Country Life.

Y aunque en esa época sus imágenes fueron publicadas y vendidas con éxito, después de su muerte, en 1939 (a la edad de 75 años), el nombre de esta mujer que es considerada como la primera fotoperiodista británica quedó por mucho tiempo en el olvido, hasta que en abril del año pasado el Museo de Londres anunció la adquisición de toda la colección fotográfica de Christina Broom, conformada por 2 mil 500 piezas, entre ellas mil 800 fotos y el resto, negativos, credenciales de prensa y cartas personales.

Ese mismo mes, este Museo, que está dedicado a la historia de Londres y posee una importante colección fotográfica, dio a conocer algunas imágenes de Broom en una muestra dedicada al centenario del estallido de la Primera Guerra Mundial y comenzó a preparar la primera gran exposición dedicada a esta pionera del fotoperiodismo. Soldiers and suffragettes. The photography of Christina Broom es el título de la muestra que hoy se puede ver en el Museo de Londres Docklands (recinto perteneciente al Museo de Londres dedicado a la historia portuaria de la ciudad), y que saca a la luz el trabajo de la fotógrafa.

Hasta el 1 de noviembre, la sala de exposiciones temporales de este museo mostrará cerca de 106 imágenes y algunos objetos personales que cuentan la historia de esta mujer que fue pionera en la fotografía, en un momento en el que ese mundo era predominantemente masculino.

Con esta exposición, considera Anna Sparham, curadora de la muestra y encargada del departamento de fotografía del Museo, el público está tomando conciencia del trabajo y el estilo fotográfico de Broom, pero también supone una oportunidad para “reparar el desequilibrio que las mujeres han tenido en la historia de la fotografía”.

Sparham, quien ya había trabajado con 306 negativos que la hija de la fotógrafa donó al museo en los años 50 y fue la encargada de gestionar la adquisición de toda colección, comenta en entrevista con este diario que uno de los aspectos que hay que reconocer del trabajo de Broom es “su legado como fotógrafa de guerra en el frente interno de la Primera Guerra Mundial”, ya que no estuvo en las trincheras, pero documentó la vida de los militares antes y después del conflicto.

Desde 1904, la fotógrafa obtuvo el privilegio de fotografiar la vida cotidiana en la Household Division de la British Army, lo cual le permitió forjar una relación particular con los militares y guardias.

Durante muchos años capturó las actividades y los eventos de esta división militar de élite, por eso, cuando en 1914 estos hombres debían partir a la guerra, algunos de ellos recurrieron a Broom para pedir que los retratara acompañados de sus familias o de sus compañeros. Una serie de esos retratos, tomados en las caballerizas o en la estación de tren antes de partir, así como fotografías de los militares convaleciendo en el hospital después de la guerra, se pueden apreciar en esta exposición.

El movimiento sufragista femenino es otro de los temas que acapara las miradas de la obra de Broom, ya que además de documentar los desfiles y las manifestaciones de las mujeres en las calles, retrató directamente a las líderes sufragistas.

La fotógrafa nunca manifestó su interés por la causa feminista, pero capturó con su cámara todas las actividades del movimiento, desde 1908 hasta 1914.

Y es que ante todo, comenta Sparham, Broom fue una fotógrafa y empresaria independiente.

“Su increíble tenacidad y producción, con la ayuda de su hija Winifred, es notable a lo largo de tantos años. Tuvo accesos a lugares privilegiados y sacó el máximo provecho de ello”, comenta la curadora.

Fotos de la coronación del rey Jorge V, de actividades en las Caballerizas Reales, imágenes exclusivas de los miembros de la familia real; registros de las calles londinenses a principios del siglo XX, de la tradicional regata universitaria de Cambridge y Oxford, y de muchos otros eventos significativos en Londres forman parte de esta colección fotográfica que apenas comienza a ser catalogada e inventariada. “La catalogación está todavía en curso debido al tamaño de la colección, pero se ha hecho un gran progreso. Tenemos la intención de poner pronto en línea algunas imágenes de la nueva adquisición”, dice.

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