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nestor.ramirez@clabsa.com.mx
Una niña que sufría bullying superó su situación a través de la música y canta en escenarios internacionales. Olivia Gorra sabe que no importa que sea el Palacio de Bellas Artes o el MET de Nueva York, tiene la sensación de dar un nivel especial, de siempre hacer las cosas altas.
En entrevista con EL UNIVERSAL a propósito de sus 30 años de carrera, tiempo en el que ha compartido escenario con grandes maestros de la ópera como Plácido Domingo, Andrea Bocelli y Rolando Villazón, “la mujer más apurada del mundo” aseguró que divide su tiempo en atender a su familia, cantar, organizar un concurso y escribir unos libros.
La soprano señaló que “un cantante no es nada más ser un profesionista sino un estilo de vida porque influye en toda la gente” y que 30 años parecen algo fácil, pero al escribir sus memorias se dio cuenta de toda la pasión que se requiere para lograr una carrera así, a pesar de los pesares.
“Yo he sido una persona que ha sabido convivir con la adherencia. Muchas veces en contra del flujo del río, pero aquí estamos”, detalló.
Su infancia no fue sencilla. La cantante recordó: “Era una niña medio atormentada, entonces cada vez que iba hacia la música era mi balance de la vida. Cuando supe realmente lo que quería hacer fue cuando conocí a Diana Jiménez. Ella fue mi mentora no sólo en el canto, sino en la actitud para lograr las cosas. Dianita me llevaba a su casa, me hablaba de los logros de Salma (Hayek) y de lo duro que era para ella también. Fue realmente como una segunda mamá para mí o como parte de una madre”.
Gorra cantaba desde pequeña y entonaba la música de José José, de Juan Gabriel, de Manuela Torres y de Angélica María. “Era una sensación que me causaba felicidad”.
Olivia evocó cómo la soprano Diana Jiménez la inspiró y apoyó para superar sus tormentos. “No tenía nada más que hacer que cantar y escucharla. Eso para mí fue como: ‘¡Ah! Eso quiero. Yo quiero ser feliz como ella, quiero cantar como ella’. Ahí empezó todo, con el maestro que llevó, Antonio González, y para mí fue como que no podía creer que una persona pasara tanto tiempo en un piano. Ves que ellos están 24 horas en eso y no puedes quedarte atrás”.
Esa misma idea es la que la ha impulsado a seguir trabajando no sólo en la música, sino también en diferentes ámbitos. Así, hoy Olivia Gorra tiene la necesidad de ver por sus hijos, pero también por su escuela, el concurso, los escenarios y los libros que está preparando.
La cantante indicó que le hace falta explorar el mundo del jazz y un poco más de la actuación. “Por ahí voy y hago casting, pero no ha sido fácil. Fue muy divertido. No me importa si es un principal o un secundario. No me importa, el que tenga esa experiencia es más que suficiente”.
Sin embargo, admitió que le hace falta escribir más. Olivia trabaja en dos obras, una sobre adopciones y una autobiografía que se desprendió del primero, pues aunque no sabía qué tenía que ver su vida profesional con su vida privada, sí tenía mucha relación y necesitaba contar su historia, “porque es una historia de éxito, no nada más es decir estudio acá, ganó premios y ahora está cantando en el MET. No, hay que ver las sazones que uno va probando en el camino. Lo amargo, lo dulce y todo lo que te puedas imaginar en gustos, todas las batallas”.
La soprano no sólo se centra en sus victorias, sino también analiza los fracasos y cuestiona los diversos acontecimientos de su vida, como el elegir el riesgo si había otro camino o por qué se embarazó en el momento más importante de su vida. “De eso se trata el libro, cómo puedes lograr traspasar esas barreras. Cómo yo, por ejemplo, no veía otra luz más que la música, la que me podía sacar de esa depresión desde muy chiquita. Tendría seis o siete años, y entonces para mí era encerrarme en la música y empezar a vivir dignamente. Era lo que me hacía feliz”.
La artista que estuvo nominada al Grammy en 2014 por su álbum Bésame Mucho España aseguró que el libro está en 70% u 80%. Contó que incluirá anécdotas como la que le contó su esposo, cuando él estaba en el lobby y un señor llegó corriendo para ver el espectáculo y su chófer iba detrás de él.
Olivia Gorra, con calma, dijo que también ha escuchado cosas no tan agradables a partir de las travesuras que ha hecho: “En el baño de Bellas Artes, de repente, no me veían, y yo me metía al baño del público y me quedaba ahí un rato para escuchar los comentarios. Era maravilloso, fíjate, esas eran mis travesuras en Bellas Artes. Son muy bonitas anécdotas, pero son muchas”.
En el recinto donde llevó a cabo sus travesuras es el lugar donde presume en septiembre le realizarán un homenaje junto a la Orquesta Sinfónica de Xalapa, con la cual también llevará a cabo presentaciones en Veracruz. Adelantó que dentro de sus próximos proyectos también está presentarse en Baja California Sur, en el Instituto de Cultura Sudcaliforniano, y que pretende realizar un nuevo disco.
La soprano también organiza la tercera edición del concurso de canto que lleva su nombre, cuyas bases saldrán en su página de Internet (oliviagorra.com).
Aseguró que el concurso destaca no porque gane la persona, sino por lo que aprende. Detalló que el año pasado convocaron a niños y adolescentes, que no había sucedido en la primera etapa, “por razones económicas y presupuesto, porque mucho de ello salía de mis presentaciones, y el año pasado estuvieron muy difíciles, pero seguí adelante. Tuvimos algunos patrocinios para que esto no se cayera”.
Agregó que el Centro Cultural Olivia Gorra, donde ejerce como maestra, cuenta con la ayuda del FONCA y que tienen archivo de partituras de autores mexicanos que se comparte con quienes se inscriben, cualquier estudiante puede pedir una copia sin fines de lucro. “Es hermoso saber cuál es la riqueza y sentirse con más armas para seguir adelante, para este país por cómo está”.
Una calle en Veracruz lleva el nombre de Olivia Gorra. Aunque no invitaron a la cantante a la inauguración, ella afirmó que hubiera sido interesante y aunque estaba apenada, pues sentía que no lo merecía, comentó que va “a ir a quitar una piedrita de la calle y la traeré para el recuerdo”, bromeó la cantante.
La soprano, considerada una de las mejores cantantes del mundo, comentó además que le ha costado mucho trabajo ser profeta en su tierra, aunque hubo una temporada de mucha neblina y oscuridad en que no se podía hacer nada en Veracruz. “Lo último que querías era que te llamaran por todo lo que estaba sucediendo, y qué bueno porque de lejitos es más sano”.
Apuntó que los acercamientos comienzan de nuevo, lo cual le da mucha felicidad porque considera que Veracruz ha sido uno de los estados más golpeados por la violencia, que incluso alcanzó a su familia.
“Es difícil. Me rompe el corazón, pero no me voy a doblegar a la violencia. Esta es mi forma de luchar y mi forma de contribuir y de agradecer todo lo que han hecho por mí”.