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El tenor Arturo Chacón está por volver a un teatro emblemático, el Bolshoi Opera Theatre, con la ópera La condenación de Fausto, de Berlioz; pero también tendrá un año intenso con el personaje de Alfredo en La Traviata, de Verdi, cuya temporada en el Palau de Les Arts de Valencia —con una producción de Valentino Garavani y Giancarlo Giammetti y la dirección de Sofia Coppola en su debut operístico— fue un éxito en España.

La producción se estrenó en el Teatro de la Ópera de Roma la primavera pasada y del elenco original sólo repitió Chacón Cruz; en España contó con la participación de Plácido Domingo.

“Con el maestro Domingo tengo una gran relación y en estas funciones pudimos hacer la escena mucho más conmovedora que en Roma, porque hay un cariño personal. También participó la soprano Marina Rebeka como Violetta Valéry y fue una puesta muy bonita. Es un personaje que conozco muy bien, como la palma de mi mano, por eso ha sido un honor que me hayan invitado en la mayoría de las funciones que se ofrecerán. Además de hacerle justicia al personaje, tengo que seguir poniendo el nombre de México muy en alto y agradecer a la gente que me ha apoyado. Es una producción que ha tenido mucha visibilidad”, explicó en entrevista.

Con otra producción, pero en el mismo rol, se presentará en la Bayerische Staatsoper en Munich, y en noviembre regresa a Roma a cantar la Traviata, de Coppola, un montaje que ha causado un particular interés por el debut de Coppola y por la participación de Valentino, responsable de los vestidos de Violetta, que se han confeccionado en el taller de Alta Costura de la Maison Valentino.

“Lo último que ha diseñado Valentino es Traviata, en realidad él tenía una fascinación por la ópera, pero la vida lo llevó a la alta costura. Su participación llamó mucho la atención”, indicó.

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