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yanet.aguilar@eluniversal.com.mx
En los últimos nueve años, la Escuela de Escritores de la Sogem ha vivido más entre las problemáticas y la erosión que entre tiempos de gloria. Hoy, con nuevo director, un distinto plan de estudios, una planta de maestros renovada y con un otro presidente de la Sogem a la cabeza, la escuela pretende recuperar la época dorada que vivió en las pasadas décadas cuando era la mejor escuela de escritores de México.
Recuperar el esplendor que tuvo en los años pasados y volver a ostentarse en su vocación de ser el semillero de socios para la Sociedad General de Escritores de México (Sogem), podría ser una tarea relativamente sencilla tal como lo augura José de Jesús Calzada, el actual presidente de la Sogem; o podría ser una tarea complicada, porque el cambio parte de una decisión arbitraria, como lo asevera Elsie Méndez Baillet, quien fuera directora de la Escuela de Escritores hasta el año pasado y quien acusa el despido injustificado de la institución en la que durante diez años impartió materia.
En febrero de 2011, un grupo de escritores encabezados por Mario González Suárez, quien fungía como director de la escuela, salió y al poco tiempo decidió fundar la Escuela Mexicana de Escritores que aún imparte diplomados aunque ya no la dirige González Suárez. Hace unos días, un segundo grupo de profesores, encabezado por Méndez Baillet, dejó la Escuela. Se dijeron desencantados y desarrollan una estrategia para fundar el Colectivo Juan José Arreola que operará otra escuela de escritores pero trabajará como una cooperativa de profesores.
La realidad es que esa escuela en la que dieron clases maestros de la pluma como Vicente Leñero, Hugo Argüelles, Jesús González Dávila, Víctor Hugo Rascón Banda, Ernesto de la Peña, Emmanuel Carballo, Emilio Carballido, José de la Colina y Rafael Ramírez Heredia atraviesa de nuevo por una crisis. José de Jesús Calzada, quien desde el 1 de septiembre de 2016 es presidente de la Sogem, asegura que su objeto central es recuperar el brillo que tenía la escuela de esta institución que trabaja a favor de la protección del derecho de autor de los escritores mexicanos y avecindados en México.
“La vocación original de la Escuela de Escritores de la Sogem, fue precisamente constituirse en un semillero, que aprovechando la experiencia de los maestros asociados o no, pero dedicados al oficio literario, pudieran crear nuevos autores, nuevas plumas en todos los ámbitos de la creación literaria que la Sogem protege: teatro, radio, cine, televisión y literatura, rama que yo llamo de libro impreso; es exactamente el tipo de oficios que se están impartiendo en la Escuela”, afirma José de Jesús Calzada.
Por eso razón, dice, emprendió un nuevo plan de estudios en los mismos dos años y dividido en cuatro semestres, que contempla dos niveles para hacer todavía más flexible y atraer más interés de quien quiera aprender las habilidades de la escritura. “Es un tronco común básico que enseña las herramientas básicas de la escritura, enseña cultura literaria, estilo, retórica discursiva, redacción, composición; y luego un nivel avanzado que sería el siguiente año, donde ya se enseñan las especialidades de las cinco ramas y se les dan herramientas para escribir teatro cine, televisión, radio y literatura impresa”, apunta Calzada.
Sin embargo, Elsie Méndez Baillet afirma que el pretexto de un cambio de plan de estudios fue para despedir a buena parte de la planta de maestros. “En realidad, lo único que cambia es el nombre de las materias para invitar otros escritores a impartir las mismas asignaturas: cuento, novela, cine, televisión, dramaturgia, ensayo”, y agrega que el actual presidente dice que la Escuela ha perdido el brillo que tenía antes pero que la escuela arranca y se arriesga a ser la primera escuela hispanomaericana en dar clases de escritura, se contrataron a los grandes escritores, pero eso no quería decir que eran buenos maestros.
“Durante mi administración contraté a gente probada, hasta con doctorados, inclusive fue cuando un mayor número de alumnos acudió y cuando más cursos se abrieron. La que hace el señor Calzada es una apreciación muy subjetiva. No hizo ninguna evaluación a nadie, no les preguntó a los alumnos, no pregunto a los profesores qué consideraban ellos que podía estar mal en la escuela ni tampoco acudió al consejo académico que tenía la escuela”, apunta Elsie Méndez.
Esa misma falta de atención de la presidencia de la Sogem de no escuchar a la comunidad estudiantil es la que también acusa Eunice Lozada, una estudiante del último semestre del diplomado de la Escuela de Escritores de la Sogem, quien señala que nunca los consultaron y que si se enteraron del cambio de plan de estudios y de la salida de varios de los profesores fue a través de una carta pegada en los avisos a la comunidad.
“Como alumnos estamos sacados de onda porque nunca se nos preguntó qué nos interesa ni sobre la calidad académica de los profesores, ahora estamos como en la incertidumbre de qué es lo que va a pasar”, señala Lozada.
Elsie Méndez asegura que de manera particular demandará a la Sogem por despido injustificado. “Durante diez años impartí una materia en la Escuela de Escritores y la Sociedad, como patrón que es, tiene obligaciones conmigo como trabajadora. ¿Por qué me considero una trabajadora? Porque tenía una materia que impartir, es decir un trabajo; un horario establecido y un sueldo mensual por ello”.
Otros profesores que ya no están en la Sogem son Mónica B. Brozon, Javier Malpica, Gloria Bautista, María Hope, Elías Marín Govea, Josué Ramírez, Hugo Álvarez y Gerardo de la Torre.
El nuevo rumbo de la Sogem. La Escuela de Escritrores de la Sogem es la institución de formación de autores de la Sociedad General de Escritores de México, una asociación de gestión colectiva que nació en 1976 pero que comenzó sus tareas en forma en 1978.
La Sogem agremia actualmente a 4 mil 535 escritores mexicanos o extranjeros que radican en México, y además de la escuela tiene bajo su administración tres teatros: el Wilberto Cantón, el Enrique Lizalde y el foro Rodolfo Usigli que la anterior presidencia tenía subarrendados pero que la nueva administración ya recuperó con el fin de que se divulge mayormente la creación de los socios de la Sogem.
Más que escritores de libro impreso, se trata de un gremio de guionistas y libretistas de televisión, teatro y cine, lo que el presidente de la Sogem, José de Jesús Calzada llama “escritores para medios espectaculares”. Su finalidad es proteger el derecho de autor de sus socios, que mayormente trabajan para televisión, vive de las cuotas producto de las regalías por obra de sus socios, que van de un 5% a un 15% del cobro por derecho de autor.
Entre sus grandes aportadores siguen estando Roberto Gómez Bolaños Chespirito y Carlos Romero. Otros como Fernando del Paso, creador de varios libros de narrativa, como autor de teatro recibe, dice Calzada, buenas regalías por la adaptación teatral de su obra Noticias del imperio.
“Tenemos gente notable dentro de las plumas de la Sogem y otras no tan famosas pero sí exitosas. Están por ejemplo Vicente Leñero, Emilio Carballido, Hugo Argüelles, tres grandes figuras de la dramaturgia mexicana que fueron socios hasta la fecha de su muerte y sus herederos siguen siendo socios porque su obra sigue siendo explotada a través de Sogem”, señala José de Jesús Calzada.