La bailarina Alessandra Ferri sale de su retiro y regresa al American Ballet Theatre para repetir su emblemático papel de Julieta, a los 53 años.

Ferri se subirá el jueves al mismo escenario del teatro de la Ópea Metropolitana donde hace nueve años se despidió del ABT bajo una lluvia de confeti y una ovación de 20 minutos.

Y no será el único acontecimiento de la semana para Ferri. Al día siguiente, la bailarina nacida en Italia se convertirá en ciudadana estadounidense. "He estado aquí el tiempo suficiente. Nueva York ha sido mi casa por unos 30 años", dice con una sonrisa. "Quiero ser capaz de participar de la vida estadounidense, votar. Necesitamos un voto más".

Una tarde reciente, Ferri acudió al camerino en el teatro después de un ensayo. Mientras los compases de "El lago de los cisnes" se filtraban desde el escenario por un parlante en su pequeño cuarto, la bailarina estiró sus famosos pies arqueados y explicó cómo Julieta, el papel que desempeñó desde los 19 años, había vuelto a su vida.

Todo comenzó con una llamada de Kevin McKenzie, el director artístico del ABT, hace un año. La había visto emerger gradualmente de su retiro tras una pausa de seis años, interpretando una pieza propia en el Festival de Spoleto, luego una pieza de danza teatral llamada "Cheri" en el Signature Theater de Nueva York, a Virginia Woolf en "Woolf Works" de Wayne McGregor en Londes, y finalmente a la actriz italiana Eleonora Duse en un ballet de John Neumeier en Alemania.

McKenzie le sugirió que volviera y bailara Julieta. "Es TU papel, lo has hecho toda tu vida", le dijo.

"Le dije, 'No sé, hay muchas cosas adjuntas a Julieta para mí''', recordó. "No sabía si quería revisitar todo aquello. Le dije que lo pensaría".

Unos meses después, decidió dar el salto. "Pensé, ¿por qué no? Es una hermosa celebración de mi vida", dijo. "La vida es una sola. ¡Hay que disfrutarla! Porque la presión realmente venía de mí, de mis propios recuerdos. ... Sería muy lindo abordarlo libremente y ver qué sucede".

Ese sentido de experimentación es lo que ha guiado las decisiones creativas de Ferri desde su "retiro", un periodo que califica como infeliz.

"El primer año se pasa realmente rápido, como unas largas vacaciones", dijo. "Pero después de un tiempo empecé a sentir como que había algo en mí que se había apagado. Una gran parte de quien soy se había bloqueado, no me sentía viva. Uno no puede retirarse de quien ES".

A la pregunta obvia de si Julieta, una adolescente, puede ser interpretada por una mujer en sus 50 años, los admiradores de Ferri notarán que ella siempre ha sido capaz de impregnar el papel con un sentido de ardor y abandono juvenil.

Así que la parte actoral está arraigada. En cuanto a la danza, dijo, "una debe asegurarse de que físicamente puede expresar a esa adolescente, así que esa es la parte difícil, llevar mi cuerpo atléticamente al punto de esa ligereza. Pero no le tengo miedo al trabajo". Ha estado entrenando durante tres meses.

El compañero de Ferri el jueves será Hermán Cornejo, un conmovedor bailarín argentino casi 20 años menor que ella, con quien ha desarrollado un fuerte vínculo artístico. Nunca bailaron juntos en el ABT, pero formaron una poderosa pareja en "Cheri" en Nueva York.

"Es muy especial", dijo Ferri. "Nos entendemos completamente. ... Es muy lindo que cuando bailamos juntos, (la brecha de edad) desaparece. Eso dice que una vez que uno alcanza su lenguaje interior y su alma, NO hay edad".

sc

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