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La Scala de Milán, uno de los grandes teatros operísticos del mundo, inaugura hoy su temporada con la ópera "Juana de Arco", de Giuseppe Verdi, un evento musical muy esperado que estará rodeado de fuertes medidas de seguridad.
La capital económica de Italia acoge una de las grandes citas del calendario milanés, el arranque de la temporada de ópera de La Scala de Milán y lo hace con una obra que tiene un significado especial.
Es "Juana de Arco" de Verdi que se representó por primera vez en este mismo teatro milanés el 15 de febrero de 1845 y por última en 1865, es decir, hace 150 años.
Ahora, el director italiano Riccardo Chaill será el encargado de revivir este drama lírico en cuatro actos en La Scala, bajo la puesta en escena de Moshe Leiser y Patrice Caurier.
Los protagonistas serán el tenor italiano Francesco Melli en el papel del rey francés Carlos VII, mientras que la soprano rusa Anna Netrebko y la italiana Erika Grimaldi se meterán en el papel de Juana.
El barítono español Carlos Álvarez, que iba a representar hoy el papel de Giacomo, ha tenido que renunciar a causa de una "persistente indisposición" y será sustituido por Devid Cecconi, que "ya ha desarrollado con éxito el papel en la prueba general y en el estreno anticipado para los jóvenes, el 4 de diciembre", informó el teatro en un comunicado.
La obra será retransmitida por Rai5 y además podrá ser seguida por televisión en directo en 13 países europeos, en diferido en Japón y por radio en 22 emisoras del Viejo Continente.
También se podrá ver en cines de Italia, Francia, España y Alemania y en diferido en Corea, Japón, Estados Unidos y Australia.
El estreno de La Scala estará rodeado de fuertes medidas de seguridad, con un dispositivo especial de Policía para proteger los accesos al teatro.
La seguridad se ha reforzado tras los atentados en París del 13 de noviembre, que causaron 130 muertos, y después de que el FBI alertara a Italia de que La Scala era uno de los posibles objetivos terroristas, informan medios locales pero sin confirmación oficial.
Entre las medidas preventivas que se han aprobado para el estreno está la de adelantar la hora de entrada de todos los asistentes para que puedan pasar estrictos controles de seguridad con detectores de metales.
Además, habrá un despliegue policial de setecientos policías, carabineros y fuerzas especiales, y también habrá francotiradores en las azoteas de todos los edificios con vistas a la Piazza della Scala.
Se trata de evitar tensiones y altercados que habitualmente se producen en la plaza milanesa y también de reforzar la seguridad frente a posibles amenazas terroristas.
rqm