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Familiares, artistas y arquitectos publicaron ayer una carta donde condenan la vejación de los restos del arquitecto Luis Barragán, premio Pritzker de Arquitectura en 1980 y exigen se audite si se utilizaron recursos públicos para apoyar el proyecto de la artista estadounidense Jill Magid.
En la carta dirigida al gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, los firmantes manifestaron su indignación por el permiso y apoyo de la profanación de la tumba del arquitecto, que se realizó para llevar a cabo la exposición de Magid.
Solicitan que el gobierno y el congreso del estado, así como los gobiernos municipales de Guadalajara y Zapopan, indaguen la razón por la que las autoridades del anterior Ayuntamiento de Guadalajara permitieron la exhumación de las cenizas del arquitecto a pesar de no contar con un permiso emitido por la Secretaría de Salud del estado.
Demandan una investigación y auditoría para determinar si la Secretaría de Cultura, el Museo de Arte de Zapopan, la Fundación de Arquitectura Tapatía Luis Barragán y la Casa Museo Luis Barragán utilizaron bienes y recursos públicos para apoyar, de manera irregular, el proyecto privado de Jill Magid; y piden una disculpa pública de los titulares de las instituciones antes mencionadas por apoyar este proyecto.
Los más de 60 firmantes de la carta hacen la solicitud de que sea removido el caballo de plata que Magid introdujo en la urna. Y demandan que las autoridades “busquen que dicho objeto (el diamante en que se transformaron las cenizas que fueron extraídas) sea reducido a polvo y sus restos debidamente reintegrados al digno lugar de sepultura del cual nunca debieron de haber salido”. Al mismo tiempo, en su misiva apoyan la reforma del artículo 13 de la Ley para Declarar y Honrar la Memoria de los Beneméritos del estado de Jalisco.
La misiva da cuenta de que el 23 de Septiembre de 2015, la Secretaría de Cultura del estado de Jalisco, el Museo de Arte de Zapopan y la Fundación de Arquitectura Tapatía Luis Barragán permitieron y apoyaran la profanación de la tumba del arquitecto Luis Barragán Morfín y la exhumación y apropiación de una parte de sus cenizas de la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, para que éstas fueran “irreversiblemente transformadas” por Jill Magid y la galerista Pamela Echeverría en el diamante de un anillo de compromiso, como parte de la exposición privada The Proposal.
La misiva estuvo firmada por exmiembros de la Fundación de Arquitectura Tapatía Luis Barragán: los arquitectos Adolfo Hernández Orozco, Bricio Fernández, Miquel Adrià y Hugo González; el curador Daniel Garza Usabiaga y Dolores Beístegui, directora General del Papalote Museo del Niño. También fue firmada por algunos familiares del arquitecto, representantes de la orden religiosa de las Clarisas Capuchinas Sacramentarias e intelectuales, amigos y arquitectos como Juan Villoro, Elena Poniatowska, Felipe Leal, Luis de Tavira, Carmen Boullosa, Sergio González Rodríguez, Néstor García Canclini, Fernando González Gortázar, y Fernanda Canales, entre otros.
Emma Barragán, sobrina del arquitecto, y firmante de la carta, comentó sobre los hechos: “Soy media hermana de Hugo (familiar que sí apoyó la exhumación). Yo no me había dado cuenta de lo que había pasado, de lo que hicieron, sino cuando salió en los medios informativos. Yo estoy ajena a todo. Es una profanación horrible la que hicieron con mi tío. Pero estoy ajena a todo. No sé si lo hicieron con fines de lucro, si tenían un compromiso, no sé por qué lo hizo Hugo”.
Sostuvo que apoyó la publicación de la carta y que da la cara porque está en contra de lo que hicieron. Lo que ahora deben hacer es que “se pulverice el brillante y se regrese a su lugar, y que se saque el caballito; no sé que hace un aparato extraño en la tumba de mi tío”.
Emma Barragán dijo que tras los hechos buscó comunicarse con la Fundación Tapatía de Arquitectura Luis Barragán, pero que no obtuvo respuesta.