María Cristina García Cepeda, como se esperaba, apostó por la continuidad. Sin embargo, en su lista de colaboradores se advierte una que otra sorpresa.
Una de ellas: Lidia Camacho va a la Dirección General del Instituto Nacional de Bellas Artes después de haber pasado por oficinas como Radio Educación, Cervantino y Fonoteca Nacional.
Otra es la reaparición de quien, nos cuentan, ha sido el brazo derecho de Maraki desde hace varios años, Jorge Gutiérrez Vázquez, quien estará al frente de la subsecretaría de Diversidad Cultural y Fomento a la Lectura. Gutiérrez ha acompañado a Maraki en diversas oficinas como en el Auditorio Nacional y en el INBA, de donde, por cierto, se fue.
También es sorpresiva la llegada de Ernesto Velázquez Briseño a la Fonoteca Nacional, después de dirigir Canal 22 por tan poco tiempo y tras haber apagado el incendio que allí había; la institución ahora estará en manos de Pedro Cota Tirado, cuya trayectoria no parece estar vinculada a los medios, sino más bien al diseño de estrategias de turismo y marketing; hasta el 31 de diciembre fue director general de Marca País de la Oficina de la Presidencia de la República.
Quien parece haber desaparecido del organigrama cultural es José Luis Martínez, anterior director de Asuntos Internacionales, área que ahora queda en manos de Jimena Lara Estrada, que desempeñaba la misma tarea en el INBA.
Como muchos suponían, varios de los funcionarios del equipo del ex secretario, Rafael Tovar, continúan en el organigrama de la dependencia. Entre ellos, Saúl Juárez Vega, quien fungió como secretario Cultural y Artístico del Conaculta, y que ahora ha sido nombrado subsecretario de Desarrollo Cultural.
En el nuevo organigrama también están presentes los nombres de Francisco Cornejo Rodríguez, antes Secretario Ejecutivo de Conaculta y ahora Oficial Mayor; así como Diego Prieto, quien estaba a cargo del despacho del INAH y ha sido ratificado en el cargo como director.