¿Quién pagó por El Caballito?

Tres años han pasado desde que una empresa no profesional bañó de ácido nítrico a El Caballito, una de las esculturas más emblemáticas del país, tres años han transcurrido también desde que el INAH levantó una denuncia ante la PGR por los daños al patrimonio y hasta hoy, nos cuentan, nadie sabe (o se atreve) a señalar a los responsables. Ayer, el grupo de especialistas que encabeza la recuperación de la pieza anunció que en un plazo de unos siete meses la escultura recuperará su esplendor, pero por lo que ellos mismos dicen todo parece indicar que primero veremos a la escultura resplandeciendo antes que conocer los resultados de la investigación penal. El proceso sigue adelante, pero no tenemos notificación específica del momento en que está, nos cuentan que respondió la restauradora que lidera el proyecto de recuperación ante la insistencia de la prensa por saber qué pasa con los culpables. Esa misma respuesta se ha repetido una y otra vez en las últimas reuniones que el INAH ha tenido con la prensa para dar a conocer los avances de estos trabajos.

Que pongan orden en el Palacio de Bellas Artes

Al Palacio de Bellas Artes no sólo entran personas en estado inconveniente a interrumpir funciones, también algunos dispuestos a robar. En Facebook, a propósito de la nota sobre cómo la Sinfónica Nacional debió hacer una pausa ante los gritos de un joven, una artista publicó que hace tiempo, durante un ensayo de escena en la Sala Principal, le esculcaron su bolsa y le robaron su cartera. No sólo avisó a las autoridades del recinto, también levantó un acta y pidió que se revisaran las cámaras de seguridad. Le dijeron que las cámaras no servían y no pasó nada, a la fecha. No es la primera vez que ocurren cosas cuestionables en el recinto. En 2014, EL UNIVERSAL documentó cómo elementos de seguridad le prohibieron el paso a toda una familia, tras lanzarles miradas discriminatorias. En ningún caso el INBA ha dado a conocer si estableció o no sanciones a su personal.  ¿Quién pone orden en el Palacio?

Intrusos en escena… en el MET

No sólo la sala principal del Palacio de Bellas Artes ha sufrido la irrupción de espectadores que quieren dejar huella. Sucedió también en el Metropolitan Opera de Nueva York. Los hechos se presentaron el pasado sábado y la opera tuvo que ser interrumpida y los espectadores evacuados cuando un individuo esparció un polvo “sospechoso” que, según algunos testigos, podrían ser las cenizas de un amigo. La versión del Metropolitan es que la representación de la opera Guillermo Tell, de Giacomo Rossini, tuvo que ser cancelada cuando, en el segundo descanso y antes de empezar el cuarto acto, un espectador lanzó “un polvo no identificado en el foso de la orquesta”. La policía de Nueva York, que no dio con el culpable, informó que varios testigos habían dicho que un hombre, que no era de la ciudad (¿?), había expresado que pretendía esparcir “las cenizas de su mentor durante la representación”.

La muerte entra a Instagram

Más de 500 millones de personas son instagrammers, es decir, usuarios fieles de la red social Instagram. Una red tan exitosa que hace un mes puso a prueba una función de compra para que los instagrammers puedan adquirir artículos de sus marcas favoritas; además, estos días ha demostrado que viven las fiestas mexicanas. Las tradiciones del Día de Muertos han quedado guardadas en esta plataforma y cientos de usuarios han subido paisajes como Mixquic, Janitzio, Pátzcuaro, Xochitla, así como imágenes de catrinas, del pan de muerto, papel picado y ofrendas. Incluso diversos recintos culturales se han unido a esta celebración y, en sus cuentas de Instagram, fomentan la tradición gracias a los espectaculares altares u originales puestas en escena. Destacan las propuestas de usuarios como Joe Carcamo (@yowwray); Gustavo Moreno (@aidumpling); Hilos en Nogada (@hilosennogada); Little Tham (@littlebigtham); Luis Araiza (@luisaraizamx) y Diogo Solorio (@diogosolorio), entre otros.

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