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El sector cultural genera en torno al 7 % del Producto Interior Bruto (PIB) de diversos países latinoamericanos, por lo que debe ser considerado como una "oportunidad de desarrollo" en la región, afirmó hoy en una entrevista Ernesto Piedras, experto en análisis económico de las industrias culturales.
Piedras participó hoy en la segunda y última jornada de la séptima reunión interamericana de ministros y máximas autoridades de Cultura de la Organización de Estados Americanos (OEA), que se celebra en Asunción.
El experto destacó que el sector cultural aporta ese 7% del PIB usando el 3,6% del total de fuerza de trabajo disponible, por lo que quienes trabajan en este sector tienen una "alta productividad".
Pese a ello, admitió que a menudo no se reconoce a los artistas como "agentes económicos, productores de bienes y servicios", y se restringen sus derechos laborales, como la seguridad social, el retiro, o la atención médica.
"Cada vez que un padre le dice a un hijo que no siga la carrera de concertista, y se dedique a estudiar una carrera de otra índole, está negando la capacidad de la cultura de generar recursos", aseguró Piedras.
Agregó que en algunas ciudades y países, la falta de infraestructuras, audiencias y valorización de la cultura genera "fuerzas centrífugas", que hacen que muchos profesionales del sector cultural decidan migrar a otros países con mejores opciones, en lo que se conoce como "fuga de talentos".
Piedras pidió que los Estados y las organizaciones tomen conciencia del valor económico de la cultura para generar riquezas a través del empleo, la entrada de divisas y las exportaciones, que son fórmulas de combate a la pobreza.
"Vivimos en una región que admira la cultura, pero la desprecia en términos económicos. Creo que hemos puesto a la cultura en un pedestal, y no la tocamos, pero tampoco la apoyamos. No somos conscientes de que la cultura la comemos, la bailamos y la vestimos todos los días", declaró.
El experto enfatizó que América Latina es una región rica en cultura, "por encima del promedio mundial", y que su creatividad es un gran insumo productivo, "como si fuera un vasto yacimiento de petróleo", pero los países padecen todavía cierta "miopía para su aprovechamiento".
"Algunos países de la región son potencias económico-culturales. Tenemos abundantes recursos como para que la cultura se convierta en una veta de desarrollo. El desarrollo es esa abundancia de recursos combinada con bienestar, que incluye equidad, salud, educación", explicó.
Destacó que la falta de equidad en América Latina se traduce en las brechas digitales y culturales, que provocan la falta de acceso a contenidos que cada vez más están disponibles en formato digital, pero solo para quienes tienen acceso a Internet.
"Escasamente la mitad de los que viven en la región son internautas, con capacidad de acceder a ancho de banda y habilidades digitales. Entonces hay dos Américas: una conectada, con acceso a contenidos, y otra desconectada, por falta de poder adquisitivo para comprar dispositivos o pagar acceso a ancho de banda", declaró.
Explicó que, si Internet es la nueva biblioteca, discoteca y ludoteca del mundo, no tener acceso a ella sería como "cobrar entrada en una biblioteca y no dejar que entren las personas más pobres".
Las economías creativas representan entre el 5 % y el 11 % del empleo en países de las Américas como Canadá, Colombia, México o Trinidad y Tobago, según datos de la OEA.
Además, ofrecen oportunidades de trabajo para los jóvenes en mayor medida que el resto de sectores de la economía, un dato importante en una región con una mayoría de población juvenil, que históricamente ha sido castigada por altas tasas de desempleo.
nrv