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Luego del triunfo del “no” en el plebiscito sobre el acuerdo de paz firmado el 26 de septiembre por el gobierno de Colombia y los guerrilleros de las FARC, lo que reina en ese país sudamericano es la incertidumbre. Sin embargo, dicho acuerdo seguirá vigente, por lo menos hasta el 31 de octubre, por una razón muy sencilla: el plebiscito era una cuestión de vinculación política, no jurídica.
“Es más, en algún momento se pudo decidir no hacerlo. Ahora bien, una vez realizado, obviamente se tiene que escuchar la voz de la ciudadanía”, dijo Víctor Hugo Morales Meléndez, egresado de la Facultad de Estudios Superiores Aragón y hoy director general de la Subsecretaria para América Latina y el Caribe de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Por eso, el presidente colombiano Juan Manuel Santos ya señaló que se debe establecer de inmediato una comisión especial de alto nivel para el diálogo nacional; además, no descarta la modificación del mencionado acuerdo que ha puesto fin a 52 años de guerra, lo cual implica que todas las partes involucradas se sienten ante una mesa y empiecen a negociar.
Durante la conferencia “Colombia: proceso de paz y plebiscito”, llevada a cabo en el Auditorio Pablo González Casanova de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Morales Meléndez señaló que el factor que determinó el resultado del plebiscito seguramente es el punto del acuerdo de paz donde se establece, entre otras cosas, que los miembros de las FARC que hayan cometido un delito, pero no delitos de lesa humanidad, no pisarán la cárcel, aunque sí permanecerán en territorios reservados del país.
“En el acuerdo de paz realmente no se otorga una libertad y una inmunidad absolutas a los que cometieron algún delito, pero sí hay esquemas aceptables tanto para el gobierno de Colombia como para las FARC. Lo que vimos el pasado 2 de octubre es que estos esquemas no fueron aceptables para 50.21% de los votantes. Ésta es la parte más débil y controversial del acuerdo de paz, y la bandera que enarboló el ex presidente Álvaro Uribe para hacer campaña por el ‘no’”.
Según el funcionario mexicano, el elemento clave y fundamental en el plebiscito colombiano fue la baja participación ciudadana: sólo 37.43% del padrón electoral asistió a las urnas; es decir, 62.57% se abstuvo de votar.
Al respecto, señaló: “Hay una gran desilusión por la democracia. Lo que hizo falta el domingo 2 de octubre fue que todos se volcaran a las urnas y manifestaran su opinión, ya fuera por el ‘sí’ o por el ‘no’. Prácticamente dos de cada tres colombianos decidieron no participar en el plebiscito y eso marcó en buena medida su resultado inesperado”.