Todo fue cosa de minutos. El miércoles por la tarde, tras las habituales rondas de los guardias del Museo Histórico Nacional de Chile, notaron que en una de las salas del lugar faltaba algo: la espada conmemorativa del Presidente Manuel Bulnes Prieto (1799-1866). Por eso, y según el protocolo, se cerró el lugar y se dio aviso a Carabineros y a la Brigada Investigadora de Delitos Contra el Medio Ambiente y Patrimonio Cultural (BRIDEMA), quienes aisitieron al lugar y ya tienen toda la información disponible —incluyendo los videos de las cámaras de seguridad— para poder hacer los peritajes.
A pesar del rápido actuar, la espada de quien lideró el país entre 1841 y 1851 y que está protegida por la Ley de Monumentos Nacionales aún no ha aparecido. Es por esto que la DIBAM lanzó una campaña para que también pueda ayudar la ciudadanía, en caso de tener información sobre el robo o el paradero de la espada.
Más allá de su valor material, que el director del Museo Histórico Nacional, Pablo Andrade, comenta que no es conocido pues es complejo contar con especialistas que puedan tasar un arma del siglo XIX, la espada tiene un valor patrimonial enorme.
"Es una pieza única, es irrepetible, no hay más: no es una espada de las que se hacían en serie", comenta Andrade y luego asegura: "Es una pérdida no sólo para el Museo, sino también para el país".
El último robo en el Museo
Según cuenta Andrade, el último robo en el lugar ocurrió hace ya diez años y afectó a una escultura alusiva a Alonso de Ercilla que se creó para el centenario del país en 1910. "No es tan frecuente", comenta sobre este tipo delitos. Lamentablemente, no se ha logrado recobrar la obra.
El director explica que el gran problema de este tipo de robos patrimoniales, en los que incluye la sustracción de piezas de arte incluso desde el Cementerio General, pasan a manos de coleccionistas. "Son ellos quienes contribuyen a esto, finalmente los robos ocurren porque hay un mercado".
sc