Los registros del fotógrafo checo Yuri Dojc, inéditos en suelo Latinoamericano, ponen luz al horror del a través de 66 instantáneas, que retratan sinagogas abandonadas, artefactos religiosos y libros deteriorados, así como retratos de algunos de los .

"Imagina que en un día un pueblo tiene millares de personas y a la mañana siguiente la mitad de ellas desaparece en los trenes y jamás vuelven", destacó el fotógrafo checo al describir la foto de un ferrocarril como el medio "para llevar prisioneros a los campos de concentración".

La muestra "Last Folio-Preservando Memorias", que abre sus puertas al público desde este viernes en el espacio Unibes Cultural de Sao Paulo, llega por primera vez a Latinoamérica, después de pasar por Europa y Estados Unidos.

"La historia ha llegado" a Brasil, dijo Katya Krausova, cineasta checa responsable por la comisaría de la exposición y quien acompañó el trabajo de Dojc en el rescate de la memoria del Holocausto.

Krausova destacó que ésta es la mayor exhibición del trabajo con Dojc, que ocupa todo el espacio del centro cultural.

En la entrada, los visitantes encaran una reflexión -literal y metafórica-, acompañada por un juego visual: las instantáneas de los libros abandonados son vistas en la pared y en el reflejo de un espejo de agua.

"Estas imágenes representan todo lo que hay dentro de los libros y no sólo lo escrito. Se refleja la antigua tradición de estar junto a los libros", señaló Krausova.

Las memorias más personales, como el retrato de la madre del fotógrafo, o las fotografías de libros religiosos están expuestas en una pared lejana, ofreciendo un ambiente de intimidad.

Es allí dónde también se exhibe la foto una publicación religiosa destruida por polillas, en la que tan sólo sobrevivieron las delineadas letras del texto en hebreo.

En otro de los espacios de la exposición, las instantáneas de sinagogas abandonadas muestran un mundo que paró en el tiempo y al que nadie nunca volvió a regresar, según la comisaria.

"En la sinagoga de Kosice, registrada aquí, se recibió la muestra de Dojc cuando la ciudad eslovaca fue capital europea de la cultura. Fue un momento muy emotivo pues hacía setenta años que nadie entraba en el edificio", apuntó Krausova.

En la visita guiada por la propia comisaria, Krausova rogó a los visitantes para que "suban en los ascensores hasta la biblioteca", ubicada en la parte superior del edificio, y donde se encuentra la joya de la muestra: los libros.

Abandonados durante la Segunda Guerra mundial, Dojc encontró los libros amontonados y dañados por el paso del tiempo y decidió completar la tradición judía, que indica los ejemplares de los muertos deben ser enterrados.

"Había nombres en todos los libros, que indicaban la identidad de sus dueños, por eso decidí fotografiarlos, de la misma forma que lo hice con los propios sobrevivientes de los campos de concentración", apuntó el fotógrafo.

La muestra "Last Folio-Preservando Memorias", promovida por la empresa alemana de medios de comunicación Bertelsmann y con entrada gratuita al publico, estará abierta hasta el próximo 22 de octubre en la mayor ciudad brasileña.

sc

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