Cultura

Museo alemán exhibe casi 150 años de pegatinas antisemitas

La exposición arranca con una sello de 1880 con el que un Fondo de agitación antisemita pedía donativos para el movimiento y llega hasta la actualidad, con ejemplos que abogan por la defensa de los valores germano

Se trata de una muestra "de una actualidad alarmante", en la que el racismo, la xenofobia y la exclusión están "más presentes que nunca en Alemania", admiten los organizadores. FOTO: AP.
19/04/2016 |13:18EFE |
Redacción El Universal
Pendiente este autorVer perfil

El Museo Histórico Alemán inauguró hoy una exposición de pegatinas antisemitas y racistas, algunas con casi 150 años de historia, que ilustra el poder que puede tener un trozo de papel aparentemente inofensivo para difundir y afianzar en la sociedad una determinada y excluyente visión del mundo.

Se trata de una muestra "de una actualidad alarmante", en la que el racismo, la xenofobia y la exclusión están "más presentes que nunca en Alemania", afirmó Alexander Koch, presidente de la Fundación Museo Histórico Alemán, durante la presentación.

El título de la exposición -"Angezettelt. Antisemitische und rassistische Aufkleber von 1880 bis heute"- avanza, a través de un juego de palabras con el sustantivo "Zettel" (nota, trozo de papel) y el verbo "anzetteln" (urdir y encaminar a escondidas algo negativo), la influencia que puede ejercer en la sociedad un simple adhesivo.

Las pegatinas constituyen "una muestra de la polarización de una sociedad" en la que los que las distribuyen en los espacios públicos "se amparan en el anonimato para difundir determinadas posturas" e ideologías, agregó Koch.

La exposición recoge alrededor de 600 notas adhesivas, sellos y cromos de coleccionista, timbres y pegatinas, tanto originales como reproducciones, que abarcan desde la época del Imperio alemán y el colonialismo hasta hoy día, pasando por la República de Weimar y el régimen nazi, y los sitúa en su respectivo contexto.

"Esta exposición se sale de lo habitual porque muestra y manifiesta otro concepto de cultura de la memoria" que "en definitiva refleja una continuidad desconcertante y alarmante", señaló por su parte Friederike Tappe-Hornbostel, responsable de comunicación de la Fundación Cultural pública alemana.

Se mostró convencida de que la exposición "tendrá su efecto y consecuencias", pues tiene de especial que contribuirá a que después de visitarla la gente recorra las calles de la ciudad con una perspectiva distinta de lo que percibe.

La comisaria de la exposición, Isabel Enzenbach, destacó, por su parte, la capacidad de estos trozos de papel de ilustrar "de forma comprimida" determinadas visiones del mundo.

Son el reflejo de "dinámicas políticas y tendencias estéticas" y, en este caso, "un signo de las convicciones tan ampliamente difundidas en la tradición del ideario nacionalsocialista, atentatorias contra la dignidad del ser humano y que en algunos lugares forman parte de manera natural del paisaje urbano", subrayó.

Según Enzenbach, las pegatinas pasan por "auténticas y cercanas" y su aparición en lugares no reservados para ello, como el transporte público, escaparates, buzones y las puertas de los baños, les otorga un carácter "transgresor" que a su vez les confiere "credibilidad", al tiempo que sirven para "marcar territorio".

Esta muestra parte de la iniciativa de un coleccionista privado, Wolfgang Haney, nacido en 1924 y de madre judía, que desde hace más de 25 años reúne material antisemita.

La exposición arranca con una sello de 1880 con el que un Fondo de agitación antisemita pedía donativos para el movimiento y llega hasta la actualidad, con ejemplos que abogan por la defensa de los valores germanos, la salvación del Occidente cristiano, la expulsión de inmigrantes y refugiados, el boicot a Israel y el desmantelamiento de las mezquitas en Alemania.

La muestra destina asimismo un apartado a los movimientos de oposición, pues, como afirma su comisaria, "la resistencia es tan antigua como el antisemitismo y el racismo".

Así, muchas de las pegatinas expuestas forman parte de la colección de Irmela Mensah-Schramm, que desde hace 30 años se dedica a eliminar del paisaje urbano toda clase de adhesivos racistas y antisemitas, después de fotografiarlos y tomar nota del lugar y la fecha en el que los encontró.

La muestra, que podrá verse hasta el próximo 31 de julio, cierra con un taller interactivo en el que el visitante puede elaborar sus propias pegatinas -en este caso con mensajes contrarios al antisemitismo y al racismo- y adherirlas a un enorme panel que representa la silueta de una ciudad.

sc