Considerado pionero de la restauración en México, el especialista Jaime Cama Villafranca recibió una medalla, un diploma y una cabeza de Palenque, en reconocimiento a sus cinco décadas de trayectoria.

“Han sido 50 años de terquedad y vehemencia”, señaló el homenajeado durante la entrega de estímulos por antigüedad que otorga el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

“Durante muchos años hemos sido considerados artesanos; no obstante, la carrera de restaurador tiene tantos créditos, como las de historiador, arqueólogo o antropólogo. La restauración es una ciencia, nos apoyamos en la botánica, la química, la física, la arqueología y las ciencias duras para poder conservar”, aseveró el especialista.

En un comunicado, el INAH destacó que Jaime Cama ha tenido bajo su responsabilidad la restauración de obras tan relevantes como los murales prehispánicos del Palacio de Tetitla, en Teotihuacan, y la pintura mural de los ex conventos de Tetela del Volcán y de Yecapixtla (Morelos).

También ha coordinado la restauración de los frescos “Revolución” y “El canto y la música”, de Rufino Tamayo, ubicados en el Museo Nacional de las Culturas y en la subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico del INAH.

Recordó que siendo joven, Jaime Cama Villafranca llegó a Francia con una beca para estudiar restauración durante seis meses. Su audacia lo llevó al Museo del Louvre, donde, luego de varios trabajos como reentelador y de un difícil examen, obtuvo el título de restaurador de museos franceses clasificados y controlados.

Con la experiencia adquirida, volvió a México, donde sentó las bases de una profesión que ha formado a cientos de restauradores, a quienes define como “potenciales defensores del patrimonio cultural”.

El especialista ha compartido su larga experiencia con varias generaciones de estudiantes en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía “Manuel del Castillo Negrete” (ENCRyM), la cual fundó junto con otros entusiastas restauradores que lucharon contra viento y marea para que esta especialidad dejara de ser vista como un oficio artesanal.

Nacido en Barcelona, España, en 1933, Cama Villafranca llegó a temprana edad a México, y fue aquí donde realizó sus estudios superiores en la Escuela Nacional de Ingeniería de la UNAM; posteriormente se inscribió en la Escuela de Diseño y Artesanías del INBA, donde aprendió a trabajar el esmalte.

Comenzó su carrera en 1965 en el Departamento de Catálogo y Restauración de Patrimonio Artístico del INAH. Luego obtuvo una beca para estudiar en Francia y más adelante se fue a Roma, Italia; ahí ingresó al Instituto Central del Restauro y participó en el desprendimiento y montaje de murales de una ciudadela medieval.

Para Jaime Cama, las prácticas de campo son esenciales en la formación de los futuros restauradores, por ello propuso llevarlos al Ex Convento de San Juan Bautista de Tetela del Volcán, en Morelos, cuando coordinó los trabajos de restauración de la pintura mural entre 2003 y 2004.

El experto, quien obtuvo la categoría de restaurador perito en 1993, comentó que tiene el interés en escribir algunas de sus experiencias más significativas, como el examen presentado hace cinco décadas en Francia para ser restaurador.

“Me preguntaban qué haría con las obras; daba mis respuestas y pasaba a la siguiente fase. Cuando terminé, me informaron que había quedado en primer lugar. A los franceses no les sentó muy bien que ganara un mexicano y el segundo sitio fuera para un alemán, pero así fue”, rememoró Cama.

El 7 de septiembre Jaime Cama cumplirá 82 años. “No sé cuánto me tenga depositado la tarjeta de débito de la vida, pero al hacer corte de caja, debo decir que entré hace 50 años a una institución que se comportaba como una familia y pude ejercer una labor que ha crecido de manera importante. Y aquí estamos todavía dando lata”, finalizó.

rqm

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