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La comunidad estudiantil y docente del Centro Cultural Ollin Yoliztli asegura tener miedo ante las obras de mantenimiento que se realizan desde hace casi un mes en las instalaciones, sobre todo porque los camiones que se han utilizado para impermeabilizar el techo de la Escuela de Música Vida y Movimiento, que es también parte del estacionamiento, son grandes y pesados.
Tras las lluvias que han ocurrido en las últimas semanas, las goteras se han intensificado, el ruido y la vibración del edificio ha orillado a que algunas de las clases que se imparten sean tomadas en la calle, y varios salones están deshabilitados, lo que ha provocado que los alumnos practiquen con sus instrumentos en los pasillos de la escuela.
El temor a la probabilidad de un colapso del techo se incrementó cuando el Instituto para la Seguridad de las Construcciones en el Distrito Federal (ISCDF) emitió el pasado 27 de mayo un oficio dirigido al secretario de Cultura del Distrito Federal, Eduardo Vázquez Martín, en el que se le recomendó sustituir el método de demolición y acarreo de cascajo que se hacía con maquinaria pesada, por un método manual; o bien iniciar el desalojo del edificio durante las obras de impermeabilización para evitar el “peligro a la integridad física de las personas que se encuentran en las instalaciones”.
El oficio se filtró a la comunidad y en las redes sociales, por lo que algunos de ellos resolvieron desalojar las zonas que suponían mayor riesgo, pero otros alumnos y maestros decidieron permanecer con sus actividades normales.
“Nos dijeron que no hay riesgo, que ya se verificó y que lo que están haciendo con los camiones no provocará que el techo se nos venga encima; algunos maestros decidieron no dar clases, otros dijeron que nos fuéramos a nuestras casas, pero también hay maestros que han decidido continuar porque el periodo escolar está por terminar. En mi caso, el maestro de coro prefirió que nos saliéramos a la calle a tomar la clase”, comentó en entrevista uno de los alumnos de música.
Otro estudiante indicó que no hay certeza sobre lo que pasará con el inmueble: “Ya se nos ha dicho que podrían cambiar de sede, no estamos seguros de lo que pase, pero mientras se ponen de acuerdo sí hay un miedo generalizado en todos nosotros”.
Ayer, a través de un comunicado, la Secretaría de Cultura aseguró que los trabajos de mantenimiento se realizan en la zona del estacionamiento del Centro de acuerdo con la “normatividad aplicable”, por lo que “no existe riesgo de colapso de la losa” que está ubicada sobre la Escuela de Música Vida y Movimiento.
“La maquinaria que se utiliza para llevar a cabo los trabajos de demolición de los firmes y para la remoción del cascajo no puede considerarse como pesada, toda vez que ésta consiste en un taladro neumático cuyo compresor no rebasa los 900 kilogramos de peso, un trascabo pequeño que pesa menos de 2 mil 500 kilogramos una vez cargado, y un camión de volteo de 6 metros cúbicos”, informaron.
Además, en el comunicado se asegura que el cascajo que se ha generado por las obras se ha distribuido de manera uniforme en la losa, “a fin de evitar una sobrecarga en los casos en que no se ha retirado de manera inmediata”, y “han girado instrucciones para que los camiones de volteo reciban el cascajo en la rampa, la cual ya ha sido apuntalada para garantizar una mayor seguridad”.
Asimismo, solicitaron a la ISCDF que designara personal para que acuda a verificar físicamente los trabajos que se llevan a cabo en el Centro Cultural Ollin Yoliztli y que se “corrobore que dichas acciones no ponen en riesgo a la población ni al propio inmueble”.
Por su parte, Renato Berrón, director del ISCDF, dijo a este diario que las recomendaciones se hicieron porque “el problema era real”. “Lo que ellos estaban haciendo era riesgoso, por eso emitimos esas recomendaciones. Recibí un documento del director del Centro (Ricardo Fuentes) en el que reconoció que sí estaban haciendo obras. No pueden decir que lo que recomendamos no fue con base en un problema existente. Sin embargo, nos informaron que ya tomaron acciones encaminadas a disminuir los riesgos y que han hecho caso a lo que el instituto les sugirió. Todo esto fue una medida preventiva con el objetivo de que no haya riesgos para la población. En este momento podemos decir que el Centro Cultural Ollin Yoliztli no corre riesgos”, dijo.
Berrón indicó que aceptaran la invitación a acudir a las instalaciones para corroborar que la estructura se mantiene sin inconvenientes. “Tenía diversos problemas, por ejemplo, de humedad. Lo que nosotros queremos es acudir a dar un visto bueno una vez que hayan llevado a cabo las correcciones”, dijo.
El secretario de Cultura, Eduardo Vázquez Martín, ha informado a la opinión pública y a la comunidad del Centro que se analiza la viabilidad de hacer una inversión mayor para subsanar sus problemáticas o si es preferible buscar una nueva sede.
Ante la incertidumbre, los alumnos y maestros manifestaron que el consenso general es mantenerse en las actuales instalaciones. “Los rumores son muchos, nos han llegado comentarios como que desean trasladarnos a Santa Fe o a Polanco, pero no están tomando en cuenta que aquí hay un arraigo muy profundo, que muchos de los alumnos viven en esta zona y que sería muy difícil conservar todo lo que la Ollin Yoliztli representa”, señaló una de las maestras.