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Una sola tarea, a simple vista, muy sencilla: dejar de utilizar Facebook por una semana. Esa fue la base de un experimento llevado a cabo recientemente por el Instituto para la Investigación sobre Felicidad, en Copenhague (Dinamarca), que buscaba conocer las implicaciones que tiene en la vida de las personas abandonar a la más popular de las redes sociales por este tiempo.
Un total de mil 95 personas hicieron parte de la prueba, titulada El experimento Facebook: ¿afectan las redes sociales la calidad de nuestras vidas?.
Estas personas fueron divididas en dos grupos iguales: por un lado, el grupo de control, quienes siguieron utilizando Facebook como de costumbre; y, por otro, el de ‘tratamiento’, que debió interrumpir el uso de la plataforma. El objetivo era “evaluar si el uso de Facebook afectaba su bienestar subjetivo”.
Lo que encontraron los científicos da claras luces sobre cómo el uso de esta plataforma afecta negativamente el estado de ánimo de sus usuarios.
Esta conclusión fue lanzada luego de consultarles a los participantes sobre cómo se sentían en el momento justo después de terminar la prueba.
Así, el 88% de las personas en el grupo de tratamiento dijeron sentirse felices, frente al 81% del grupo de control que respondió lo mismo; además, el 84% del primer grupo dijo “disfrutar la vida”, un 9% más que aquellos en el segundo grupo; igualmente, 61% de quienes descansaron de la red social dijeron sentirse entusiastas, un 11% más de lo que dijo el grupo de control.
Como si lo anterior fuera poco, los científicos del instituto determinaron que quienes estuvieron en el grupo de tratamiento también experimentaron un aumento en la cantidad y en la calidad de sus relaciones sociales.
En este punto, los investigadores les aclararon a sus sujetos de estudio que estas interacciones se referían a las de la vida real, no a las virtuales.
Otro de los enfoques de la prueba fue medir la percepción de sus participantes frente a lo que su círculo social publica en las redes. Aquí, los científicos notaron que muchas veces las personas se sienten afectadas de manera negativa por lo que los demás publican.
Según ellos, la mitad de los usuarios de Facebook envidian las experiencias de los otros, un tercio envidia la felicidad de sus amigos y el 40% tiene la misma sensación sobre el aparente éxito de sus personas más cercanas.
“En cambio de enfocarnos en lo que de verdad necesitamos, tenemos una desafortunada tendencia a enfocarnos en lo que las otras personas tienen”, concluye el estudio.
Sobre este punto, la psiquiatra Olga Albornoz explica que hay varias razones por las cuales las personas pueden experimentar sensaciones positivas si renuncian a Facebook.
“Estarán menos presionadas por las situaciones sociales, menos angustiadas por lo que pueden descubrir y menos ansiosas por hacer lo correcto, por tener que ser y parecer interesantes y simpáticas ante una red tan grande”, asegura; y señala que, de igual manera, dejar de conectarse a Facebook puede redundar en un menor interés en saber y divulgar chismes.
“Es gente que termina utilizando el tiempo en ellas mismas y no en una representación social que no es directa y en la que es más importante quedar bien, decir lo correcto, en el momento preciso. En las redes sociales uno interactúa con una manada de gente que no conoce, por lo que tiene que cuidarse, aparentar y ser creativo, de una manera ansiosa. Pero cuando renunciamos a estas redes, también desaparece esta ansiedad”, afirma la experta.
Para Albornoz, otra de las ventajas de descansar de las redes sociales es que se deja de lado el miedo al acoso y a descubrir secretos impertinentes de los demás y a que ocurra lo mismo con los propios.
jpe