El Mercurio/Chile/GDA
La editora de la revista Vogue, Elisabeth von Thurn und Taxis, probablemente nunca imaginó la lluvia de críticas que le caería tras publicar en Instagram lo que ella seguro pensó que sería una inocente y, quizás, hasta chistosa fotografía.
"París está lleno de sorpresas y lectores de @voguemagazine hasta en las esquinas más inesperadas", fue el post que acompañó a la imagen de una mujer sentada en la calle, abrigada con una gruesa chaqueta, cubierta con un cubrecamas viejo y rodeada de bolsas y cajas de cartón, pero dándole una ojeada a un ejemplar de la revista Vogue.
Los comentarios en su contra no se hicieron esperar. Sus seguidores la calificaron de "cruel" y hasta el sitio web Fashionista afirmó que la imagen era totalmente "fuera de lugar".
Por esta razón, Von Thurn und Taxis se vio obligada a dar pie atrás. "Quiero extender mis más sinceras disculpas por la ofensa que mi post ha causado. Atentamente Elisabeth", publicó en la misma cuenta donde primero apareció la imagen de la polémica.
Sin embargo, más tarde afirmó en la misma publicación: "¿Por qué cruel? ¡Esta persona es tan digna como cualquier otra!".
Por su parte, el periódico británico "Daily Mail" conversó en exclusiva con la protagonista de la fotografía, quien aseguró que no recuerda cuándo se la tomaron. En todo caso, aseguró que la situación en la que vive no es algo para causar risa.
"No es bonito tomar fotos de las personas que viven en la calle, no es educado (...) No es una broma ser indigente, vivir en la calle", afirmó Maryse Dumas (65), y agregó: "Míreme rodeada de toda esta basura, es feo. Es duro vivir en la calle. Hace frío en la noche y si no puedes dormir te enfermas. Mis piernas me duelen y estoy perdiendo mis dientes".
La mujer también señaló que no recuerda hace cuánto tiempo vive en la calle, así como tampoco se acuerda del lugar donde nació. "Sé que no estoy casada y que no tengo hijos, pero no sé si mis padres aún están vivos. Estoy sola", afirmó.
Dumas agregó que vive de las donaciones de los transeúntes y que también recibe ayuda de organizaciones de caridad.
Y respecto al ejemplar de "Vogue" con el que aparece en la fotografía de la discordia, la mujer contó que lo tomó porque le agradaron sus colores, pero que una vez que lo ojeó, lo botó a la basura.