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En la actualidad, el uso de los sustitutos del azúcar es cada vez más frecuente, sobre todo porque en conjunto con un plan de alimentación balanceada y la realización de ejercicio, pueden contribuir a controlar el consumo de calorías.
Hoy por hoy, todos los sustitutos de azúcar que se utilizan en el mercado, cuentan con el aval de las autoridades de salud de cada país. Sin embargo, cuando aparece cualquier evidencia que pudiera poner en duda su inocuidad, esas mismas autoridades están obligadas a realizar nuevas pruebas, a fin de que puedan seguir utilizándose con la garantía de que son totalmente seguros.
El año pasado, por ejemplo, la seguridad de la sucralosa fue cuestionada por un grupo de científicos italianos que, tras una serie de experimentos llevados a cabo en ratones, concluyeron que podía causar cáncer. Su estudio advertía sobre la relación entre el consumo de este sustituto y el desarrollo de tumores malignos, situación que llevó a la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA) a analizar la metodología, precisión, exactitud y confiabilidad de sus resultados.
Para su investigación, que inició en 1995, los científicos sometieron a los roedores a una dieta adicionada con sucralosa, desde los 12 meses de gestación hasta 130 semanas de edad. Tras realizar una autopsia a cada uno de ellos, los autores descubrieron una alta incidencia de tumores cancerígenos, fenómeno que atribuyeron al consumo continuado del sustituto. No obstante, una vez que el EFSA realizó su propio análisis, las conclusiones fueron muy distintas.
En primer lugar, se observó que entre el momento en que iniciaron los experimentos y la publicación del estudio habían mediado más de 10 años, un periodo inexplicablemente largo, con todo y su complejidad. Por otra parte, se comprobó que la investigación del equipo italiano no se había apegado a las normas establecidas por la OCDE ni a sus principios de Buenas Prácticas de Laboratorio (GLP, por sus siglas en inglés), diseñadas para asegurar la adecuada planeación, desarrollo, monitoreo, registro y reporte de todo estudio científico. La EFSA igualmente subrayó que, debido a que 130 semanas es la máxima esperanza de vida de los ratones, los tumores que se encontraron muy probablemente eran el resultado del deterioro normal de la edad y señaló que, en cambio, los estudios con una duración de 104 semanas han demostrado que no existe relación alguna entre el consumo de sucralosa y la aparición de tumores cancerígenos en roedores.
Finalmente, la autoridad advirtió que tanto los ratones del experimento, como el grupo control, habían presentado tumores malignos y benignos casi en la misma proporción, lo cual también descartaba el efecto del sustituto en el desarrollo de esta condición. Como un dato curioso, además, se observó una disminución del cáncer de mama entre los roedores hembra que habían consumido sucralosa.
Todos estos resultados, junto con la conclusión definitiva de que la sucralosa no es causante de cáncer, aparecen en la declaración formal que la EFSA publicó el 4 de abril pasado, con lo cual se garantizó, una vez más, su consumo seguro para el público en general y, por ende, su uso sin riesgos como sustituto de azúcar.
Fuente: Panel de EFSA en Aditivos Alimentarios y Fuentes de Nutrientes adicionadas a los Alimentos (ANS)