En febrero pasado, la modelo Miranda Kerr hizo una confesión que sorprendió a muchos: afirmó que no tenía relaciones sexuales desde 2015, cuando comenzó a salir con Evan Spiegel. ¿La razón? Su novio, el fundador de Snapchat, es muy tradicional, por lo que prefieren esperar hasta el matrimonio para tener intimidad. Se habló entonces de que Miranda y Evan practicaban el denominado "ayuno sexual".

Y si bien en el caso de esta popular pareja, la decisión de dejar de lado el sexo se fundamenta aparentemente en motivos religiosos, hay también quienes optan por la abstinencia para recuperar el interés por su pareja. Bajo esta perspectiva, el "ayuno sexual" ayudaría a recuperar el deseo por el otro, a lograr la satisfacción en las relaciones íntimas y, finalmente, a poder sostener el vínculo más allá de lo físico.

Si te cuesta entender la idea detrás de este postulado, es posible comprenderla mejor si se hace una analogía con la comida. Supongamos -por ejemplo- que te encanta el chocolate, tanto que comes hasta aburrirte de él. Entonces, optas voluntariamente por dejar de comerlo por un tiempo limitado y luego, cuando vuelves a probarlo, te encanta otra vez.

Según Odette Freundlich, kinesióloga especialista en sexualidad, abstenerse del sexo de manera voluntaria y por un período determinado, sí conlleva beneficios para la pareja, ya que así esta puede conocerse y descubrirse en otras áreas, diferentes a lo meramente físico.

"Estos períodos pueden mejorar la comunicación en la pareja, revalorizar la relación, sobre todo para aquellos que se encuentran cansados; redescubrir a la pareja, mejorar la creatividad y el erotismo. Esto porque la sensación de lo "prohibido", hace que se anhele lo que hace falta y se valore, lo que se tiene alrededor", asegura la profesional.

Algo totalmente distinto a lo que opina Christian Thomas, sexólogo y director general del Centro de Estudios de la Sexualidad, ya que a su juicio la idea del "ayunar para acumular ganas" va en el sentido opuesto a la espontaneidad que tanto se reclama desde todas las veredas. Además, sostiene que la práctica no tiene una traducción fisiológica en el deseo, al menos en el femenino.

"Yo pienso que este tipo de prácticas, absolutamente alejada del ayuno oriental, por ejemplo, que es un sacrificio en honor a un Dios o a una festividad determinada, no colaboran mayormente en las parejas", argumenta el experto.

El psicoterapeuta estadounidense Ian Kerner, experto en sexualidad y autor del texto Sex Detox, es uno de los mayores partidarios de estos ayunos.

"Cuando se trata de sexo y relaciones, a veces entramos en un círculo vicioso y la única manera de salir de él es empezar de nuevo. Aplacar la sexualidad durante 30 días es una buena manera para resetear nuestro lado erótico", aclara.

De hecho, algunos practicantes del sexo tántrico aseguran que si el hombre retiene semen por tiempo prolongado, al final su deseo sexual termina aumentando y logra tener múltiples orgasmos.

Y tú, ¿te sumarías a esta experiencia?

jpe

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