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En un pequeño matraz de laboratorio pueden convivir hasta mil millones de bacterias y sólo en una de ellas está la posibilidad de que surja la resistencia a un cierto antibiótico. Así ejemplifica el doctor Edmundo Calva el porcentaje en el que una bacteria puede desarrollar una mutación que la vuelva más resistente: una en mil millones. Sin embargo, el investigador del Instituto de Biotecnología (IBt)- UNAM explica que cuando se consumen indiscriminadamente los antibióticos, se mata a la mayoría de las bacterias, pero las más resistentes empiezan a proliferar en un proceso de selección natural. “Los organismos vivos siempre están evolucionando, pero los mecanismos de selección determinan quién sobrevive”.
Es así que el desarrollo de la resistencia a los antibióticos es un fenómeno natural en las bacterias, sin embargo algunas actividades humanas simplemente contribuyen en acelerar su aparición y propagación. La preocupación por este fenómeno se ha vuelto global. Recientemente los 197 países miembros de la ONU firmaron un acuerdo para elevar el nivel de atención necesario para frenar la propagación de infecciones que son resistentes a los medicamentos antimicrobianos. Para los dirigentes de esta organización es muy importante detener el mal uso de los fármacos, pues esto reduce la posibilidad de curar infecciones que se han recrudecido en varias partes del mundo por la falta de efectividad en la medicación, como el caso de las neumonías.
Prevención y control
La resistencia a los antibióticos se acelera con el uso indebido y abusivo de estos fármacos y con las deficiencias de la prevención y control de las infecciones. Se pueden adoptar medidas en todos los niveles de la sociedad para reducir el impacto de este fenómeno y limitar su propagación.
Impacto
Cuando ya no se pueden tratar las infecciones con los antibióticos de primera línea es necesario emplear fármacos más caros. La mayor duración de la enfermedad y del tratamiento, a menudo en el medio hospitalario, incrementa los costos de la atención sanitaria y la carga económica para las familias y la sociedad.
La resistencia a los antibióticos está poniendo en riesgo los logros de la medicina moderna. Si no disponemos de antibióticos eficaces para prevenir y tratar las infecciones, los trasplantes de órganos, la quimioterapia y las intervenciones quirúrgicas se volverán más peligrosas.
jpe