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Un fármaco desarrollado para controlar la diabetes podría retrasar potencialmente la progresión del Parkinson, por lo que los científicos se disponen a ensayarla en humanos, según un artículo científico publicado en la revista Science TranslationalMedicine.
De momento, este descubrimiento está basado en las investigaciones en los laboratorios de Van Andel Research Institute (EU), aunque los ensayos clínicos con personas empezarán en un año.
"Toda nuestra investigación en los modelos de Parkinson sugiere que el fármaco MSDC-0160 -originalmente desarrollado para la diabetes de tipo 2- podría retrasar potencialmente la progresión de la enfermedad en las personas. Esperamos que este sea un momento crucial para los millones que viven con la enfermedad de Parkinson", aseguró el estudio, Patrik Brundin.
Hasta ahora, los tratamientos para el Parkinson se centraron en atacar los síntomas, pero si los ensayos en seres humanos son positivos, el fármaco MSDC-0160 sería la primera terapia en tratar la enfermedad subyacente y ralentizar su progresión.
"La enfermedad de Parkinson y la diabetes pueden tener síntomas muy diferentes; sin embargo, estamos descubriendo que comparten muchos mecanismos subyacentes a nivel molecular y responden de manera similar a una nueva clase de sensibilizadores de insulina, como el MSDC-0160", dijo Jerry Colca -presidente y director científico de Metabolic Solutions Development Company, compañía que desarrolló el fármaco-.
Brundin añadió que el éxito de este estudio podría mejorar la calidad de vida y prevenir la aparición de caídas y declive cognitivo de las personas que sufren del trastorno neurodegenerativo, además de reducir o retrasar la necesidad de medicamentos que pueden tener efectos secundarios debilitantes.
El trastorno neurodegenerativo crónico afecta a entre 7 y 10 millones de personas en todo el mundo y se espera que estos números se incrementen drásticamente a medida que aumenta la esperanza de vida.
Aunque los síntomas del Parkinson varían ampliamente entre los pacientes, suelen progresar desde la pérdida de olfato, estreñimiento, sueño deficiente, fluctuaciones del estado de ánimo y presiones sanguíneas cambiantes, hasta los signos distintivos de la enfermedad como los temblores, mala función motora y pérdida de memoria.
Actualmente no tiene cura y su tratamiento principal no experimentó cambios importantes desde el fármaco levodopa en los 70 -que puede provocar efectos secundarios como confusión, ansiedad, alucinaciones, movimientos incontrolables y temblores e incontinencia-.
jpe