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El trastorno por estrés postraumático es una respuesta sintomatológica que se desarrolla en una persona después de haber estado expuesta a un suceso muy estresante, que han amenazado su integridad física o su vida, o la de otras personas.
La violencia sexual, los ataques físicos, asaltos, secuestros, el abuso sexual infantil, ser testigo de la muerte o de lesiones graves a otra persona por un asalto o riña, son sucesos estresantes que son susceptibles de producir trastorno por estrés postraumático (TEPT), afirma el estudio "Prevalencia de sucesos violentos y de trastorno por estrés postraumático en la población mexicana".
El TEPT representa un problema internacional ya que, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 3.6% de la población mundial sufre esta enfermedad. En el mismo estudio se afirma que los sucesos traumáticos son frecuentes en la vida de las personas, estos resultados son parte de una encuesta realizada por la organización en 21 países.
En México, el problema se ha agudizado en los últimos años debido a los diversos conflictos generados por el narcotráfico y la inseguridad. Para enfrentar esta problemática de salud, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) trabaja a través del Laboratorio de Enseñanza Virtual y Ciberpsicología (LEVC) de la Facultad de Psicología.
El LEVC lleva más de 15 años en operaciones y ha realizado diversas investigaciones que han resultado en la creación de nuevos protocolos de intervención que, según la doctora Georgina Cárdenas López, coordinadora del laboratorio, son el futuro de la psicología.
En el año 2010, dicho laboratorio desarrolló un programa de atención a víctimas de violencia criminal y del narcotráfico, en el que trabajaron con habitantes de Ciudad Juárez, Chihuahua. “En ese entonces se consideraba esa localidad como una de las ciudades más peligrosas del mundo, por lo cual era un escenario en donde había mucha gente afectada por todas las secuelas emocionales y psicológicas”, afirmó la doctora Cárdenas López en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt.
El programa de tratamiento que se aplicó en Ciudad Juárez está basado en evidencia científica y la parte de realidad virtual consiste en una terapia de exposición, “este tipo de terapias funciona a través de la estructura del miedo que el cuerpo genera con la interacción ambiental y esta se puede provocar con un olor, color o una frase, con ello el organismo desarrolla toda esta sintomatología del miedo”, aseveró la doctora.
La realidad virtual es una tecnología ideal para el tratamiento del TEPT, porque los pacientes generalmente evitan recordar lo que les pasó, y para una terapia de exposición es necesario revivir los eventos que generan el trauma, aseguró Georgina Cárdenas.
“En la terapia se le enseña al paciente a tener un autocontrol por medio de diferentes técnicas físicas pero, sobre todo, se le enseña que aunque recuerde el evento, ya no corre ningún peligro para que tenga una reacción emocionalmente tranquila”, dijo la profesora investigadora de la facultad.
El LEVC, junto con el Observatorio Ixtli de la misma UNAM, desarrolló ambientes virtuales de situaciones traumáticas en Ciudad Juárez. “Se modelaron diferentes experiencias muy fuertes, como tiroteos, secuestros y retenes falsos, que solo son algunas de las situaciones que se vivían ahí”, explicó.
El proyecto —que culminó en 2011— tuvo una efectividad de 75 por ciento, por lo que logró rehabilitar a la gran mayoría de los pacientes para continuar con su vida; a partir de estos resultados se desarrolló un nuevo proyecto, esta vez para víctimas de la violencia urbana.
Para ello se desarrollaron nuevos ambientes virtuales con los peligros más comunes de la violencia urbana como son asaltos, secuestros, entre otras situaciones que representan un peligro y son causales del TEPT.
Según la doctora, la terapia por exposición funciona bajo la estructura del miedo: adrenalina, tasa cardiaca alta y tono muscular alto. “El cerebro impulsa estas reacciones físicas para huir enfrente de una amenaza física grave. En un evento traumático pasa lo mismo y el cerebro crea una asociación de aprendizaje la cual hace que cualquier elemento que recuerde el trauma resulte en las emociones negativas”.
Lo que se busca con este protocolo de intervención con la técnica de exposición es desacondicionar el miedo, debido a que ante varias repeticiones en las que no pasa nada, el organismo empieza a desasociar el peligro con la situación traumática, explicó la doctora Cárdenas López.
Proceso de la terapia de exposición con realidad virtual
En este tipo de tratamientos la realidad virtual se utiliza para el componente de la técnica de exposición, y consiste en exponer de manera gradual al paciente para lograr el procesamiento emocional, comentó el doctor Raúl Durón Figueroa, responsable de la tecnología de realidad virtual en el LEVC.
“El paciente se pone los lentes de realidad virtual y el terapeuta controla los ambientes por medio de la computadora, todo esto conforme a la narrativa del paciente sobre el evento traumático, entonces el psicólogo va desencadenando los estímulos en la computadora, según los va refiriendo el paciente”, explicó Raúl Durón.
En el proceso del tratamiento, en las primeras exposiciones lo que pasa es que se crean redes a nivel neuronal para desbloquear el recuerdo y procesarlo emocionalmente, dijo el especialista del LEVC en entrevista.
También dijo que se trabaja con un proceso conocido como habituación que logra disminuir la ansiedad de manera gradual y se va extinguiendo el miedo aprendido.
jpe