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Aunque las recomendaciones para el consumo de líquidos no son distintas para los adultos jóvenes que para los adultos mayores, se sabe que la prevalencia de deshidratación en este grupo de edad es alta, sobre todo en aquellos que viven en asilos.
La deshidratación es una de las causas más frecuentes de hospitalización en este grupo de la población y se sabe que el pronóstico de los adultos mayores hospitalizados con deshidratación es peor que en aquellos que son ingresados con un adecuado estado de hidratación.
Algunos factores de riesgo que limitan la ingestión de agua (y líquidos en general) en esta etapa son:
La reducción de la fuerza y función muscular, por lo que se pierde movilidad, ésta aunada a la pérdida de visión, aumentan la incidencia de caídas y fracturas y pueden generar en el anciano miedo a desplazarse y dificultad para acceder a alimentos y bebidas.
También va a haber disminución del apetito y de la sed, que junto con posibles problemas de masticación y deglución van a tener como consecuencia la disminución en el consumo de alimentos y bebidas.
Además de haber disminución del apetito y de la sed (con una sensación precoz de saciedad), que junto con posibles problemas de masticación (por pérdidas dentales) y deglución, van a tener como consecuencia la disminución en el consumo de alimentos y bebidas.
Asimismo, la existencia de alteraciones cognoscitivas como la demencia, pone en peligro a la persona al no poder expresar o sentir la necesidad de beber. La incontinencia urinaria es un problema de salud importante que afecta al 30% de las mujeres de más de 65 años de edad, también ocasiona una disminución en el consumo de bebidas con lo que se incrementa el riesgo a padecer infecciones de vías urinarias, estreñimiento y deshidratación.
Igualmente, otro de los factores de riesgo a considerar es que algunos adultos mayores ingieren bebidas alcohólicas, a las cuales consideran líquidos, sólo que en lugar de ayudar a hidratarlos tienen el efecto contrario dado que el alcohol funciona como diurético.
A continuación se mencionan una serie de consejos que pueden ayudar a mantener a los adultos mayores bien hidratados:
*Dejarles líquidos y alimentos con alto contenido de agua (frutas y verduras), en forma accesible (a un lado de la cama, silla, etc.)
*Ofrecerles líquidos de forma rutinaria a lo largo del día y estimularlos a beber aunque no tengan sed (educar a familiares, amigos y cuidadores para que les ofrezcan líquidos con frecuencia).
*Si hay rechazo a consumir líquidos en la noche por problemas de incontinencia (nicturia), insomnio o riesgo de caídas, recomendarles dejar de consumir líquidos un par de horas antes de acostarse.
*Darles bebidas que les agraden (no alcohólicas) y que sean adecuadas para su estado de salud.
*Exhortarlos a consumir agua con sus medicamentos.
*Crearles rutinas de consumo de líquidos (al levantarse, después de hacer alguna actividad, con sus comidas, etc.)
*Identificar anorexia o signos tempranos de deshidratación, como: confusión, rechazo a consumir líquidos, fiebre o diarrea, entre otros.
jpe