Una superstición muy difundida advierte: "el martes no te cases ni te embarques". Pero si esta recomendación no tiene más asidero que la tradición, para quienes tengan alto riesgo cardíaco tal vez no esté de más el consejo de que extremen la alerta ante síntomas sospechosos los primeros días de la semana.

Un estudio que analiza la distribución de los síndromes coronarios agudos a lo largo de la semana comprobó que éstos se producen con mayor frecuencia los lunes y martes, y disminuyen los fines de semana.

El trabajo, publicado en la Revista Argentina de Cardiología y firmado por Andrés Rosende, Javier Mariani, Maximiliano de Abreu, Juan Gagliardi, Hernán Doval y Carlos Tajer, analizó una serie de más de 10 mil casos registrados en el programa Epi-Cardio, una herramienta de software computadorizado que emplean 55 unidades de cuidados intensivos públicas y privadas de todo el país, y en la que asientan el informe del alta de los pacientes internados por cuadros cardíacos agudos.

"Llevamos registrados más de 100 mil egresos de unidad coronaria con datos muy ricos -explica el doctor Carlos Tajer, expresidente de la Sociedad Argentina de Cardiología, exdirector de la Revista Argentina de Cardiología y actual jefe de Cardiología del Hospital El Cruce de Alta complejidad y del Instituto Alexander Fleming-. Es un instrumento muy valioso, especialmente si se considera que no tiene costo para las instituciones, es un proyecto académico y se mantiene con presupuestos mínimos."

De los 10 mil 514 casos analizados, si se agrupan los de lunes y martes, y se los compara con los de sábado y domingo, llega a haber hasta un 65% más a comienzos de la semana. Lo singular de este sesgo es que no parece tener relación con variables como la edad o el género. Y aunque la primera hipótesis que surge es vincularlo con el estrés laboral, los autores aclaran en su trabajo que el efecto se mantiene incluso cuando se analizan los eventos coronarios agudos en mayores de 65, presuntamente jubilados.

"Una particularidad de estos cuadros es que sugiere una distribución vinculada con aspectos cronobiológicos -dice Tajer-, ya que varían a lo largo del año, según el día de la semana, y hasta la hora del día. Las hipótesis plantean que habría una conjunción de factores laborales, familiares, emocionales, psicológicos... Pero hasta ahora no hay una evidencia clara que permita establecer un factor causal."

Al compás del reloj

El conocido divulgador de la ciencia, cronobiólogo y neurocientífico Diego Golombek, investigador del Conicet en la Universidad de Quilmes, explica que "Hace años se sabe que hay componentes cronobiológicos que influyen en el infarto. Por ejemplo, está muy demostrado que estos episodios aumentan entre las 10 y las 12 del mediodía. Estaría relacionado con el descenso de ciertos factores moleculares protectores en ese momento del día." Sin embargo, subraya el científico, si bien durante algún tiempo se discutió la existencia de un ritmo endógeno "circaseptano" (de siete días), no pudieron encontrarse evidencias sólidas.

"Todo indica que este fenómeno tendría más bien una explicación cultural -sugiere-. Habría que ver qué pasa en lugares en los que el domingo no es feriado."

Aunque por ahora la pregunta sobre las causas de esta singular distribución semanal de los infartos sigue sin respuesta, los hallazgos de Tajer y colaboradores concuerdan con estudios previos realizados en otros países. Como el realizado sobre un registro húngaro de admisiones hospitalarias por eventos coronarios agudos, que incluyó a más de 90 mil pacientes a lo largo de cinco años. También allí, los picos de incidencia de infarto se daban el lunes y luego descendían hacia el fin de semana.

kal

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