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Un estudio realizado por la revista BMJ, mirar películas de terror nos deja "la sangre helada" ya que se asocia con un aumento en la proteína de coagulación, el factor coagulante sanguíneo VIII.
De acuerdo con la publicación, el término escalofriante proviene de épocas medievales y está basado en la idea de que ciertos sucesos dejan "nos congelan la sangre", es decir, la coagulan.
Investigadores del Centro Médico de la Universidad de Leiden (Países Bajos) analizaron a 24 voluntarios de 30 años, entre ellos estudiantes, ex alumnos y empleados del recinto. A 14 de ellos se les pidió ver una película de terror seguida de una película tranquila (educativa), y a 10 de ellos, las películas se les asignaron en orden inverso.
Con un semana de diferencia entre los estudios, a ambos grupos se les tomó muestras de sangre antes y después de la proyección de cada película; los participantes clasificaron el temor que experimentaron utilizando una escala de 0 (sin ningún tipo de miedo) a 10 (el peor terror imaginable), y completaron cuestionarios sobre sus estilos de vida y sus géneros de cine favorito.
La película de terror se percibió como más aterradora que la película educativa, con una diferencia media de 5 a 4 puntos. La diferencia en los niveles del factor coagulante VIII antes y después de ver las películas fue mayor para la película de terror que para el filme educativo.
En conclusión, los niveles aumentaron en 12 participantes (57%) durante la película de terror, y en 3 (14%) en la película educativa, y se redujeron en 18 participantes (86%) con la película educativa, y sólo en 9 (43%) durante la película de terror.
Sin embargo, los investigadores no encontraron ningún efecto de cualquiera de las dos películas en los niveles de otras proteínas que forman coágulos. Pese a las limitaciones del estudio, los expertos concluyeron que, en adultos jóvenes y saludables, ver películas espeluznantes se asocia con un aumento en el factor coagulante sanguíneo VIII sin formación real de la trombina.
adm