Con ayuda de un software que imita al cerebro humano , el satélite Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha detectado seis estrellas alejándose a gran velocidad del centro de nuestra Galaxia. Esto podría proporcionar información clave sobre algunas de las regiones más oscuras de la Vía Láctea .

Nuestra galaxia alberga más de 100 mil millones de estrellas, que mantienen su posición gracias a la gravedad. La mayoría se encuentra en una estructura plana —el disco galáctico— con un bulbo en su centro, mientras que el resto se distribuye en un halo esférico más amplio, que se extiende en un radio de aproximadamente 650 mil años luz desde el centro.

La estrellas no se encuentran inmóviles en la Galaxia, sino que giran alrededor de su centro a velocidades que varían según su ubicación: por ejemplo, el Sol orbita a unos 220 km/s, mientras que la media en el halo es de unos 150 km/s.

En ocasiones, unas pocas estrellas rebasan estas velocidades, ya de por sí impresionantes.

Algunas se aceleran debido a un encuentro estelar cercano o a la explosión en forma de supernova de una estrella compañera, lo que provoca que las estrellas escapen a velocidades hasta varios cientos de km/s por encima de la media.

Hace algo más de una década se descubrió una nueva clase de estrellas muy veloces, que atraviesan la Galaxia a varios cientos de km/s. Son el resultado de interacciones pasadas con el agujero negro supermasivo que se encuentra en el centro de la Vía Láctea y que, con una masa equivalente a cuatro millones de soles, gobierna las órbitas de las estrellas a su alrededor.

“Estas estrellas hiperveloces son fundamentales para estudiar la estructura general de nuestra Vía Láctea”, explica Elena Maria Rossi, de la Universidad de Leiden , Países Bajos, que el 26 de junio presentó el descubrimiento por parte de Gaia de seis nuevas estrellas de este tipo en la Semana Europea de la Astronomía y las Ciencias del Espacio en Praga, República Checa.

“Se trata de estrellas que han recorrido grandes distancias en la Galaxia, pero cuyo seguimiento se puede remontar hasta su núcleo (un área tan densa y oscurecida por el polvo y el gas interestelar que normalmente sería muy difícil de observar), por lo que ofrecen información crucial sobre el campo gravitacional de la Vía Láctea desde su centro hacia el exterior”.

Por desgracia, localizar estrellas hiperveloces en la Vía Láctea es como buscar una aguja en un pajar, ya que los estudios actuales incluyen las velocidades de varios cientos de miles de estrellas.

Así, los científicos han tenido que buscar estrellas jóvenes y masivas que llamaran la atención entre la población estelar, más antigua, del halo galáctico. Delatadas por su propia juventud, es probable que estas estrellas hayan experimentado un ‘empujoncito’ extra para llegar hasta el halo. Al volver a medir sus velocidades y calcular sus trayectos pasados se puede confirmar si realmente se trata de estrellas hiperveloces que se han alejado del centro de la Vía Láctea.

jpe

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