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Restos de medicamentos, productos químicos, y herbicidas fueron hallados en la sangre de tortugas verdes de la Gran Barrera de Coral australiana, anunció un grupo de investigadores del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
"Lo que ustedes echan por el caño, lo que se usa para regar los campos, y lo que las industrias expulsan, todo eso acaba en el medio ambiente y en las tortugas de la Gran Barrera de Coral", lamentó en un comunicado Amy Heffernan, investigadora de la universidad australiana de Queensland, una de las socias del estudio dirigido por WWF Australia.
Los científicos analizaron la sangre de tortugas que viven frente a las costas de Cleveland Bay y Upstart Bay, en el estado de Queensland, así como en torno a las islas más alejadas de Howicks.
En estos tres sitios de la Gran Barrera de Coral, incluida en el Patrimonio Mundial de la Unesco, se han encontrado restos de cientos de miles de productos químicos.
Los investigadores aislaron principalmente los restos de Allopurinol, un medicamento para la gota; de milrinona, un tratamiento para la insuficiencia cardíaca; pero también restos de isoquinolina, un compuesto empleado en la industria, y de etiofencarbo, un insecticida.
Los científicos explicaron que la exposición a ciertos de estos productos puede tener un impacto en las tortugas, sobre todo en el funcionamiento de su hígado.
Con sus 2 mil 300 km de longitud, la Gran Barrera de Coral está amenazada por la escorrentía agrícola, el desarrollo económico, el cambio climático, y la proliferación de la estrella de mar corona de espinas, que destruye los corales.
En el 2016 y el 2017, la barrera atravesó dos episodios particularmente graves de blanqueamiento, provocados por el aumento de la temperatura del agua. Estos dos eventos causaron la muerte de un importante porcentaje de corales.
jpe