En la última reunión anual de la Sociedad Astronómica Americana, que se realizó en Texas en enero pasado, Larry Molnar, astrónomo del Calvin College, en Michigan, anunció que por primera vez su equipo predijo que el sistema estelar binario conocido como KIC 9832227 tendrá un aumento de brillo espectacular en 2022. Esto lo convertirá en uno de los objetos más brillantes del cielo nocturno.

La predicción fue posible gracias a un nuevo análisis de las variaciones de luminosidad del KIC 9832227, monitoreadas a partir del año 2013. El sistema se encuentra en la constelación del Cisne, en una región del cielo observada constantemente por el satélite Kepler –cada media hora durante más de 1300 días–, cuyo objetivo es realizar mediciones de astro-sismología. Esas variaciones muy pequeñas del brillo de las estrellas, debidas a movimientos periódicos en su superficie, permiten obtener información sobre la estructura interna de las estrellas. KIC 9832227 es una estrella binaria eclipsante, es decir, un sistema de dos estrellas mellizas donde ambas orbitan alrededor de un baricentro común.

Desde la tierra, ellas se ven como una única estrella cuya luminosidad varía con regularidad, debido a que las dos estrellas se ocultan una detrás de la otras periódicamente. Ya que la periodicidad de esas "desapariciones" es menor de un día, se puede inferir que las atmósferas de las dos estrellas están en contacto.

Sistemas de este tipo no son inusuales, se conocen varias centenas en todo el cielo. En ellos, las dos estrellas son tan cercanas que las fuerzas de mareas han sincronizado el período de rotación de cada una alrededor de su eje con el período de la órbita.

Así las dos estrellas se encuentran girando en una danza como si estuvieran tomadas de la mano. Pero en algunos casos esta configuración puede desestabilizarse. Por ejemplo, puede ocurrir que, debido a su propia evolución interna, una de las dos estrellas comience a expandirse, tal como le ocurrirá a nuestro Sol en unos 4 mil 500 millones de años, transformándose en una estrella gigante roja. En el caso de las estrellas danzantes, si una se expande su atmósfera va a englobar a la otra.

El sistema entonces empieza a girar más lento, las dos estrellas se acercan más y más, y pierden energía gravitacional, la que es emitida en forma de luz. Esto es lo que Molnar y sus colaboradores observaron en KIC 9832227: la periodicidad de las ocultaciones está disminuyendo con el tiempo, por lo que se estima que en unos cinco años las dos estrellas se fusionarán, perdiendo tanta energía gravitacional que el brillo del sistema aumentará unas 10.000 veces. Un fenómeno parecido se ha observado en unas pocas otras ocasiones, entre las cuales destaca el caso de V1309 Scorpii.

En 2008, este sistema fue el primero que se estudió con mucho detalle, antes y después de que se fusionara. Durante unos seis meses, su brillo aumentó más y más, para luego lentamente volver a disminuir dejando un sistema mucho más rojo que antes. En ese caso, la ocurrencia de la "erupción" no se pudo predecir con antelación: solo se observó a medida que iba ocurriendo. Con el KIC 9832227 tendremos la oportunidad de comprobar nuestra comprensión del fenómeno. Una pena que el sistema se encuentre en el hemisferio norte, y solo será visible, a unos ~20 grados sobre el horizonte, desde el extremo norte de Chile.

jpe

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