Investigadores de la Universidad de Berna en Suiza ha descubierto que al menos una especie de pez se comunica con otros de su clase usando sustancias químicas en su orina.
Investigaciones anteriores han demostrado que algunas especies de animales utilizan la orina como un medio para comunicarse entre sí. En este nuevo esfuerzo, los investigadores buscaron saber si los peces también podrían hacerlo, porque parecía lógico: no son capaces de hablar y podrían transmitir fácilmente productos químicos a través del agua a través de la orina.
Para averiguarlo, se insertó una partición en el centro de un tanque de peces que impedía a los peces a ambos lados interactuar físicamente entre sí. En algunos escenarios, la barrera tenía agujeros pequeños para permitir que el agua pasara entre los lados, mientras que en otros no. Además, algunas barreras eran opacas y otras transparentes. Además, los investigadores inyectaron a los peces con un colorante azul que les permitió ver y medir la orina expulsada por los peces una vez en el tanque.
Los investigadores midieron la cantidad de orina expulsada en una variedad de situaciones, en la que sólo había un pez en el tanque; en la que había dos, pero no podían verse; en el que había dos y podían verse entre sí, pero eran o no eran capaces de comunicarse a través de la orina a través de la barrera, y el equipo también utilizó una variedad de tamaños de peces y observó el comportamiento de los peces a lo largo de cada prueba.
Los investigadores observaron que cuando dos peces se veían en el tanque, levantaban sus aletas y se acercaban de una manera agresiva, y ambos emitieron más orina que cuando no pudieron ver al otro pez. Además, descubrieron que sólo cuando se permitía que la orina se moviera a través de la barrera hubo un notable cambio en el comportamiento del pez: en esos casos, los peces más pequeños generalmente redujeron su agresividad, cediendo ante el más grande.
Curiosamente, los investigadores también observaron que cuando la orina no era capaz de pasar a través de la barrera y los peces eran capaces de ver uno al otro, ambos emitieron más orina que en cualquier otro escenario, aparentemente conscientes de que su mensaje no estaba pasando.
El artículo ha sido publicado en la revista Behavioral Ecology and Sociobiology.
jpe