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Investigadores de la Universidad Ben Gurion del Negev en Be'er Sheva (Israel) han observado que los supervivientes al Holocausto han integrado sus recuerdos de aquella época con un sentido de resiliencia, por su capacidad de adaptación ante la adversidad más que por el horror vivido.
"A pesar de estar atormentados por esos recuerdos, han rehecho su vida familiar y profesional. No definen sus vidas a partir del trauma y la pérdida, sino por su capacidad de levantarse y ser un testimonio del pasado para ayudar a asegurar el futuro", ha reconocido Norm O'Rourke, psicólogo que ha liderado este trabajo que publica la revista The Gerontologist.
O'Rourke y su equipo entrevistaron a 269 supervivientes que vivieron en Israel bajo el dominio nazi y emigraron como refugiados después de la Segunda Guerra Mundial o la caída de la Unión Soviética. Sólo cinco interrumpieron las entrevistas por el desconcierto ocasionado al hablar del pasado.
"Cuando ellos hablaban de lo ocurrido, no parecía que hubieran pasado 70 años sino que había sucedido ayer, es parte de la naturaleza del trauma", ha explicado este experto.
Los tres temas que surgieron más a menudo en sus conversaciones fue el cambio entre pasado y presente, la reconstrucción de sus familias y del estado judío, y el deber de compartir lo vivido.
Los investigadores preguntaron a los supervivientes con qué frecuencia recordaban aquellos años y cuál era el motivo, y aunque nunca les pidieron que revivieran momentos específicos, la mayoría lo acabaron haciendo.
PERMANECE DE FORMA SILENCIOSA EN SUS VIDAS
Para muchos, el Holocausto sigue siendo estando de forma silenciosa en sus vidas, pero todos ellos se centraron más en reconstruir sus vidas y el estado de Israel. También expresaron el deber de compartir recuerdos con otros, como nietos o soldados, para que la historia no se olvide.
"Sobreviví por casualidad y por eso decidí que, a cambio de mi vida, compartiría mi historia con los más jóvenes", relató uno de los supervivientes encuestados, recordando que en unos años la mayoría de los de su edad "habrían ido y no podrían recordarlo".
Curiosamente, ningún participante compartió recuerdos con sus hijos, sólo con nietos, soldados y estudiantes, algo típico después de la guerra porque los supervivientes no querían traumatizar a sus hijos.
"Los supervivientes del Holocausto no están atascados en el pasado", recuerda O'Rourke en una entrevista a Reuters, que admite que una de las limitaciones de su estudio es que no incluyen a los que emigraron a Estados Unidos, Canadá y Australia después de la Segunda Guerra Mundial.
"Las comunidades de supervivientes en Nueva York y Los Ángeles son grandes, y sus recuerdos y formas de hacerles frente probablemente sean diferentes", según admite este experto.
jpe