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En 2004, José Hernández Moreno se convirtió en el primer trabajador campesino en lograr ser un astronauta de la NASA.
Hernández Moreno nació en una familia de trabajadores agrícolas migrantes de México. “Mis padres vienen de La Piedad, Michoacán, de un ranchito que se llama Ticuitaco, y vivíamos la vida típica de migrantes que viajaban a los Estados Unidos nueve meses y regresábamos tres meses a Michoacán”, contó Hernández Moreno.
Su vida le sirvió de inspiración para escribir el libro autobiográfico El cosechador de estrellas, pero ahora presenta El niño que tocó las estrellas (Grupo Editorial Patria), versión infantil de su primer libro, con ilustraciones de Víctor E. Sandoval Ibáñez, el cual tiene como objetivo inspirar a los niños a alcanzar sus sueños y demostrar que “todos podemos cosechar nuestras propias estrellas”.
Hernández Moreno recordó que su sueño de ser astronauta nació cuando él tenía 10 años y fue inspirado por la imagen del astronauta Eugene Cernan mientras caminaba en la Luna.
“Cuando le dije a mi padre, me sentó y me hizo justificarle por qué quería ser astronauta. Él miró la determinación de un niño de 10 años y me dijo: ‘si quieres ser astronauta, sigue esta receta de cinco ingredientes: primero define tu meta; segundo, reconoce qué tan lejos estás de ella; tercero, crea un mapa, una ruta que te ayude a llegar; cuarto, prepárate con la educación; y quinto, échale ganas. Me dio esa receta y yo me acosté tan contento al ver que mis papás creían que sí podía llegar a ser astronauta, a esta receta yo le agrego un sexto ingrediente, que es la perseverancia, porque la NASA me rechazó, no una ni dos ni tres veces, sino 11 veces, no fue sino hasta la doceava vez que formé parte de la generación numero 19 de astronautas, por esa razón le agrego la perseverancia”.
Esta receta que su padre compartió con él, es la que ahora él quiere compartir con niños mexicanos. “Se vale soñar en grande, todo es posible en la vida si las personas siguen esa receta de seis pasos”, aseguró José Hernández.
Además recordó que su vida en Estados Unidos fue difícil, la discriminación siempre estuvo presente, en niveles sutiles, pero presente. Ahora con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, los latinos deben “echarle ganas, ya se votó por él, ya es presidente, hay que mover el país hacia adelante, hacer limonadas con los limones”.
Estar en la Estación Espacial Internacional le permitió reflexionar sobre política. “Cuando me quité el cinturón para flotar en el espacio, dentro de la cabina, lo primero que quería hacer era mirar por la ventana, así que me empujé y justo estábamos volando sobre América y lo que vi fue algo tan hermoso porque pude ver Canadá, Estados Unidos y México, pero sin fronteras, tuve que salir fuera de este mundo para llegar a la conclusión de que las fronteras son conceptos hechos por el hombre con la intención de dividirnos, lo cual es triste. Me gustaría llevar a todos los políticos al espacio para que tuvieran ese momento de reflexión que tuve yo”, explicó.