China ha programado para finales de noviembre el lanzamiento de su nueva sonda lunar, Chang E-5, la primera diseñada para regresar a la Tierra, informó la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial (CASC), citada por la prensa oficial.
Esta misión, que además será la primera que recoja muestras en el satélite de forma automatizada, llegará cuatro años después del despegue de la última sonda lunar china y tras poco más de un año del cese de operaciones, en agosto pasado, del robot explorador que incorporaba.
La Chang E-5 estará compuesta por cuatro módulos (de órbita, retorno, alunizaje y ascenso) con un peso total de 8.2 toneladas y partirá desde el centro espacial Wenchang, situado en la provincia insular de Hainan (sur del país), propulsada por un cohete Larga Marcha-5.
La misión tendrá tres fases: una primera de órbita alrededor de la Luna, a unos 380 mil kilómetros de la Tierra; una segunda de aterrizaje, y finalmente la de regreso.
Los módulos de alunizaje y ascenso serán los que lleguen a la superficie del satélite, mientras que los de órbita y retorno se quedarán gravitando alrededor de la Luna.
Tras recoger muestras, el módulo de alunizaje las depositará en el de ascenso y este partirá para acoplarse con los otros dos, que se mantendrán en órbita, y transferirá los materiales recogidos en la Luna a la cápsula de retorno, que emprenderá el regreso a la Tierra.
El desarrollo de todos estos dispositivos está avanzando según lo planeado y acaba de entrar en la etapa final de los modelos de vuelos, explicó la CASC.
La Chang E-5 será la cuarta misión lunar china, mientras se prepara una quinta, que pese a ser posterior ha sido bautizada como Chang E-4, cuyo lanzamiento con destino a la cara oculta de la Luna está previsto para 2018.
El programa de exploración lunar chino Chang E, que debe su nombre a una diosa que según leyendas orientales vive en la Luna, lanzó sus dos primeras misiones al satélite terrestre en 2007 y 2010, y en el futuro se plantea la posibilidad de enviar astronautas.
jpe