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Cómo aprendemos a qué prestar atención para aprender más efectivamente, es decir, para aprovechar al máximo las experiencias de la vida, asumiendo que en situaciones de la vida real la mayor parte de lo que sucede es irrelevante y no debería aprenderse.
Por ejemplo, cuando pides algo nuevo en un restaurante, como pizza de anchoas, deberíamos aprender si nos gusta o no en lugar de atribuir la experiencia placentera a la mesa en particular en la que estás sentado. O al cruzar una calle, se debe prestar atención a la velocidad y la dirección del tráfico que se aproxima, mientras que los colores de los coches pueden ignorarse sin afectar a la seguridad.
Un nuevo estudio de la Universidad de Princeton, en Nueva Jersey, Estados Unidos, arroja luz sobre cómo las personas aprenden y toman decisiones en situaciones del mundo real. Los hallazgos, detallados en la revista Neuron, podrían ayudar a mejorar la enseñanza y el aprendizaje y el tratamiento de trastornos mentales y de adicción en los que las perspectivas de las personas son disfuncionales o están fracturadas.
Los participantes en el estudio realizaron una tarea de aprendizaje multidimensional de ensayo y error, mientras que los investigadores exploraban sus cerebros utilizando la resonancia magnética funcional (IRMf). Los investigadores encontraron que se utiliza la atención selectiva para determinar el valor de las diferentes opciones y que la atención selectiva forma lo que aprendemos cuando sucede algo inesperado.
Por ejemplo, si la pizza está mejor o peor de lo que se esperaba, la persona atribuye el aprendizaje a aquello en lo que se centró su atención y no a las características que decidió ignorar. Finalmente, los científicos descubrieron que lo que aprendemos a través de este proceso nos enseña a qué prestar atención, creando un ciclo de retroalimentación: aprendemos acerca de lo que atendemos y atendemos a lo que aprendimos a dar alta valoración.
EL APRENDIZAJE SE PRODUCE EN UN AMBIENTE DESORDENADO MULTIDIMENSIONAL
"Si queremos entender el aprendizaje, no podemos ignorar el hecho de que el aprendizaje se hace casi siempre en un ambiente 'desordenado' multidimensional", dice el autor principal Yael Niv, profesor asociado en Psicología y del Instituto de Neurociencias de Princeton. "Queremos que los niños escuchen a la maestra, pero hay mucho en el aula: hay mucho que mirar dentro y fuera de la ventana. Entonces, es importante entender cómo exactamente interactúan la atención y el aprendizaje y cómo se moldean entre sí", añade.
La mayoría de las investigaciones han considerado la atención "exógena", o cosas que captan nuestra atención automáticamente, como un ruido fuerte o un destello de luz. Pero Niv y sus colegas están interesados en la atención "endógena", o cómo elegimos prestar atención al medio ambiente para maximizar lo que aprendemos de cada experiencia, y qué procesos configuran esas decisiones internas de lo que debemos atender.
jpe