El café orgánico cultivado bajo sombra favorece los ecosistemas de aves y mantiene los suelos y la cobertura forestal. Este tipo de cultivo es un ejemplo de conservación integral de la biodiversidad y las experiencias en esta área han resultado positivas tanto para mantenimiento de recursos naturales, como para beneficio de campesinos locales de las zonas centro y sureste de nuestro país.
Este es un ejemplo de los que México buscará compartir en Cancún durante la 13ª reunión de la Conferencia de las Partes (COP) del Convenio sobre la Diversidad Biológica, también nombrada Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad 2016. El biólogo Hesiquio Benítez Díaz, Director General de Cooperación Internacional e Implementación de la CONABIO, señala que a nivel mundial estamos perdiendo biodiversidad a un ritmo sin precedentes.
“Los objetivos fundamentales de la Conferencia son la conservación y el uso sustentable de la biodiversidad, y el reparto equitativo de los recursos derivados de los recursos genéticos”, señala y puntualiza que reconociendo que el panorama de la biodiversidad en el mundo no es muy alentador, México está proponiendo el tema de la integración de la biodiversidad para tratar que esta convención sea más efectiva.
Explica que de hecho varios organismos internacionales están incorporando este componente para darle luz verde a muchos de sus nuevos acuerdos, tal es el caso del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) y la Organización Mundial de Turismo (OMT). “Durante las negociaciones duras, además de hablar de la integración de la biodiversidad, vamos a tratar otros temas como el conocimiento tradicional y la aportación de las comunidades indígenas”.
Benítez señala que también se retomaran temas de preocupación mundial, como la pérdida de polinizadores a nivel mundial. “Es necesario saber qué se puede hacer para recuperar estas poblaciones cuyas pérdidas ya están afectando la producción de alimentos”. Explica que algunas ideas para abordar el problema son la reducción de insumos con químicos y hacer un mejor uso de los pesticidas.
Campos, bosques, mares y turistas
“México propuso la integración a la biodiversidad en cuatro sectores productivos de alto impacto: agricultura, pesca, bosques y turismo”. Benítez comenta que hay varios ejemplos de este proceso que los distintos países compartirán en sus agendas. Además de la producción del café orgánico bajo sombra, se compartirán otros casos de éxito en el sector agrícola como el aprovechamiento de la diversidad de agaves para la producción de tequila y mezcales. “También hay varios proyectos para la producción de maíces nativos, pues hay que recordar que nuestro país es un centro de origen y diversificación de muchas especies domesticadas como el maíz”.
En el sector forestal, Benítez destaca que nuestro territorio tiene el mayor número de predios bajo manejo comunitario certificados a nivel internacional, como el caso de San Juan Nuevo, en Michoacán, productor de pino y encino; así como los bosques de Noh-Bec, en Quintana Roo, enfocados a la producción sustentable de caoba.
En el caso de las pesquerías, el biólogo comenta el caso de la pesca sustentable del atún aleta amarilla en Sinaloa y el aprovechamiento de langosta en la barrera de arrecifes de coral Banco Chinchorro. “En este lugar las comunidades están mejor organizadas. No sólo respetan vedas, sino que colectan ejemplares cada vez más grandes que están exportando con calidad certificada”.
Para ejemplificar los esfuerzos de turismo rural, el especialista de CONABIO se refiere a las comunidades de la sierra norte de Oaxaca. “La idea es que el turismo sea lo más sustentable posible en cuanto a los insumos y productos que genera, pero también educando sobre la riqueza biológica”. Este tipo de intercambio de experiencias entre los diferentes países participantes se realizará en el llamado Segmento de Alto Nivel (HLS) que reunirá a más de 110 Secretarios de Estado y 50 Subsecretarios o Viceministros de todo el mundo.
Los retos
Sin embargo, una de las preocupaciones de la comunidad científica es que a pesar de los afanes conservacionistas en nuestro país, la disminución de recursos a las agencias de protección ambiental y a la investigación científica en general, no pinta un panorama muy prometedor. Sobre los retos, Benítez comenta que hay muchas limitaciones técnicas de presupuesto y de la falta de alineación de las políticas, por eso, dice: “Es necesario salirse de la zona de confort y entablar diálogo con otros sectores que se mantenían alejados y hasta antagonistas”.
“El reto está en aprender un idioma distinto al que siempre repetimos y que nos conozcan con miras a modificar políticas y reglas de operación”, señala y pone como ejemplo el caso de los subsidios que muchas veces son contradictorios con lo que se persigue. Para Benítez es necesario explorar nuevos mercados, maneras diversificadas de producir y conseguir apoyos especialmente en beneficio de las comunidades locales que muestren apoyo a la biodiversidad.
Señala que hay una gran cantidad de especies que en lugar de que sean traficadas, podrían ser comerciadas de manera legal, con buenos planes de manejo, como lo que hacen las UMA (Unidades de Manejo Ambiental). Benítez dice que en nuestro país existe el robo de cactáceas, orquídeas, serpientes y en general de animales exóticos, pero una forma de evitar el saqueo es tratar estas codiciadas poblaciones con regulaciones que las protejan y les brinden un valor agregado.
Un ejemplo que menciona a nivel internacional en cuanto a la recuperación de poblaciones, tiene que ver con lo que ha hecho Noruega con los métodos y regulación de su pesca. Informes de la FAO señalan que una de las estrategias que permitió salvar del colapso a la pesca de este país fue la integración entre las pesquerías tradicionales y la acuicultura, como el caso de la “acuicultura basada en las capturas”, una técnica mediante la cual los peces son capturados y llevados vivos a tierra. Allí son seleccionados y clasificados, mantenidos en corrales o jaulas, alimentados si es necesario, y luego cosechados en respuesta a la demanda del mercado.
Sin embargo, no todos los ejemplos son aplicables para la “tropicalización”, de allí la necesidad de compartir las experiencias y evaluar resultados en conjunto. “Afortunadamente en México tenemos un gran avance en documentar la riqueza biológica. Somos un país megadiverso y tenemos gran variedad de especies; muchas de ellas están en una situación complicada, pero también hay muchas otras que representan oportunidad para promover desarrollos donde participe la academia, comunidades locales, instituciones de financiamiento e instituciones de cooperación internacional”.
Para el especialista, la búsqueda de alternativas para el mantenimiento y la recuperación de especies y ecosistemas enteros es también nuestra oportunidad de mejorar nuestra calidad de vida. “Nosotros somos parte de la biodiversidad, nos alimentamos, vestimos y curamos mediantes sus recursos... dependemos totalmente de ella”.
jpe