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El pelo del oso polar, que asegura al animal del aislamiento térmico necesario, ha inspirado a un equipo internacional de investigadores para desarrollar una nueva membrana nanoestructurada.
El nuevo material, de baja conductividad térmica y alta porosidad, también repele el agua, lo que la convierte en una buena herramienta para desalar y descontaminar agua.
El trabajo, publicado en Journal of Materials Chemistry A, ha sido realizado por científicos de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), del IMDEA Agua y de la Universidad Donghua (China).
"Nos hemos inspirado en la estructura perfilada a nivel microscópico del pelo del animal que encierra aire dentro de cada fibra aportándole un gran poder aislante térmico", explica Mohamed Khayet, director del Departamento de Física Aplicada I de la UCM y autor principal de la investigación.
El nuevo material es perfecto para la desalinización de agua con alto contenido en sales o salmueras pero, además, es tan eficiente que permite no sólo conseguir agua potable, sino obtener agua pura en una desalación, "algo muy demandado por la industria", según Khayet.
Además, la membrana -formada por una red de nanofibras- es capaz de concentrar aguas contaminadas con productos radiactivos y recuperar productos de gran valor para el sector farmacéutico, alimentario, textil y metalúrgico, como proteínas, compuestos aromáticos presentes en zumos, polifenoles antioxidantes, tintes o metales pesados.
La membrana nanofibrosa, que ha sido patentada por la UCM, se aplica en una tecnología de interés creciente llamada destilación en membrana, que consiste en la evaporación del agua a un lado del poro y la posterior condensación del vapor producido en el otro lado.
"En el mercado todavía no existe ninguna empresa que se dedique a la venta de membranas diseñadas específicamente para esta tecnología", señala el científico.