En el municipio de Teocelo, Veracruz, se encuentra el Centro de Atención Múltiple (CAM) “María Enriqueta Camarillo” que fue fundado hace 15 años. Su objetivo es responder a las necesidades de cada alumno para favorecer las habilidades, competencias y destrezas que le permitan la posibilidad de integrarse a todos los contextos: escolar, social y laboral, con la participación de un equipo múltidisciplinario capacitado y actualizado con una comunidad escolar organizada, con los recursos suficientes y en un espacio digno para brindar la atención de calidad.
Además de docentes y alumnos también está Oliver, un perro labrador, compañero de terapia para los niños del CAM, que ha sido entrenado para convivir durante los días de clases con los niños y cuya interacción con los pequeños ha demostrado mejorar las respuestas emocionales y cognitivas de los alumnos.
Oliver es parte de un programa piloto que pretende integrar perros de terapia como coadyuvantes de la práctica educativa. Con esto, los docentes del CAM de Teocelo aprendieron a entrenar a Oliver para adecuar su comportamiento a las necesidades de los alumnos y apoyarlos en el desarrollo de habilidades motrices, afectivas y cognitivas. Esto permite le permite al perro labrador interactuar con niños que se encuentran en silla de ruedas, pero también con niños con discapacidad visual y con autismo.
La idea de este programa surge de la colaboración entre el doctor Pedro Paredes Ramos, científico de la Universidad Veracruzana (UV), y el Programa de Aplicación de los Sistemas de Enseñanza Vivencial e Indagatoria de las Ciencias (Pasevic), de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV). Pero su materialización se da gracias a la aceptación de toda la comunidad que conforma al CAM de Teocelo.
Coincidencia afortunada
"El caso de Oliver es único en el estado, pues surge de un proyecto alterno que nos permitió conocer al doctor Pedro Paredes, investigador de la UV", comenta Blanca Estela Nava Bustos, coordinadora del Pasevic en Veracruz y gran impulsora del proyecto.
“En un principio, el doctor se acercó a Pasevic interesado en promover el buen cuidado de las mascotas; de sensibilizar a los niños en las escuelas para que comprendieran que deben respetar a sus animales. Pero, al conocer su trabajo, inmediatamente se nos vino a la mente que era mucho más interesante acercar el trabajo que hacía con los perros a nuestra población en educación especial”, narra la coordinadora del programa.
Un perro único
Afortunadamente, la búsqueda llevó a dar con un candidato natural para el trabajo: Oliver. Un perro que ya vivía en el CAM de Teocelo, y que de por sí, era ya bastante inteligente y amigable con los niños.
Oliver no tuvo problemas para integrarse al programa. Y después de ser entrenado como perro de terapia y lograr una obediencia avanzada, comenzó a trabajar con los niños del centro, explica la coordinadora de Pasevic.
El perro como ayuda en el tratamiento del autismo
El doctor Pedro Paredes Ramos, médico veterinario zootecnista, ya se encontraba investigando cómo los perros podían apoyar en la terapia de niños con autismo. Dentro de sus resultados, observó que los niños con síndrome del espectro autista desarrollaban las actividades propuestas por sus terapeutas de una manera más positiva cuando estaban acompañados por un perro entrenado.
Es importante recordar que en los casos más severos del trastorno del espectro autista, los individuos pueden presentar una fuerte deficiencia en el habla, o incluso ausencia de ella, y manifestar comportamientos repetitivos y un profundo desinterés por su entorno.
Justamente estas fueron las características en los niños autistas que se buscaron evaluar en las investigaciones de Pedro Paredes. Sus observaciones lo llevaron a concluir que la convivencia con perros puede contrarrestar de manera importante las limitaciones sociales que caracterizan a los niños con este trastorno.
En uno de sus artículos, publicado en la revista eNeurobiología, se detalla cómo la presencia de un perro durante las sesiones de terapia individual incrementaba el número de risas en los niños, aumentaba la proporción de interacciones exitosas con su terapeuta y disminuía la duración del juego aislado.
Por el momento, el CAM de Teocelo no recibe un apoyo específico para cubrir las necesidades de Oliver, por ello, toda la comunidad educativa se encarga de mantenerlo.
Para Rosa Pozos, más que una carga, esto se transforma en una lección de vida para los docentes, niños y padres de familia, pues es necesario estar en una constante búsqueda de soluciones para sostener a Oliver, y justamente buscar soluciones es un reto que se presenta en todos los aspectos cotidianos.
“Cuando nos propusieron el proyecto con Oliver muchas maestras tenían reservas, decían: '¡No, pero cómo tener a un perro adentro, va a morder, va a esto, va a lo otro!' Y entonces hubo alguien que dijo: '¡Sí se puede, vamos a hacerlo, nos vamos a arriesgar!'. Es la ventaja de ser una comunidad educativa, siempre hay ideas diferentes que pueden encontrarse y conciliarse”, detalla la directora del CAM.
Homenaje a Oliver
Oliver fue el primer miembro de un proyecto que perfila para crecer y brindar apoyo a muchos niños con discapacidad en el estado de Veracruz. Además, será recordado con cariño por alumnos y maestros del CAM “María Enriqueta Camarillo”, en Teocelo. Sin embargo, Oliver tuvo que ser sacrificado recientemente por causa de un tumor en su cadera que afectó de forma grave su salud.
jpe