Los pozos que desarrollaron pueblos como los beduinos o los antiguos romanos pueden inspirar nuevas técnicas que garanticen el abastecimiento de agua en el futuro, aseguró hoy el profesor alemán Ricardo Eichmann.
"El conocimiento pasado puede ayudar a solucionar los problemas actuales de escasez de agua", dijo Eichmann, director del Instituto Arqueológico Alemán en Berlín, en una conferencia en la sede de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Si en la Prehistoria los seres humanos imitaban a los animales siguiendo el curso de los ríos para obtener agua, hace 12.000 años que las personas "se liberaron de esa situación" gracias a la tecnología, recordó el profesor.
La introducción entonces de la agricultura, con la domesticación de animales, estuvo ligada a las primeras obras hidráulicas como los pozos, que ya existían en Chipre durante el noveno milenio antes de Cristo.
Con distintos métodos las personas lograron vivir en ambientes donde no tenían un suministro fijo de agua y así pudieron, por ejemplo, moverse en burro por los desiertos de lo que ahora es Oriente Medio.
Herederos de esa tradición son los beduinos, un pueblo nómada que ha soportado esas condiciones extremas con la ayuda de pozos y camellos, de los que tomaban su leche para sobrevivir y con los que han recorrido en caravanas largas distancias, explicó Eichmann.
Además del pastoreo y la elaboración de productos animales, la modernización de pozos, terrazas, canales de irrigación, cisternas y otros tantos sistemas permitieron en el pasado desarrollar los cultivos y llevar el agua a lugares más alejados que carecían de dicho recurso.
Los sitios arqueológicos en Jordania, Irak, el Yemen o Arabia Saudí dan cuenta de esos progresos, según el alemán, que destacó igualmente las infraestructuras llevadas por los antiguos griegos y romanos a lugares como Palmira en Siria.
Aprovechando ese conocimiento, el especialista comentó que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha rehabilitado 35 pozos excavados hace más de 2.000 años en Siria, permitiendo el acceso al agua potable de unas 450 familias en su intento de ayudarles a afrontar las dificultades de la guerra.
Eichmann llamó a integrar mejor los asuntos hídricos en las políticas de desarrollo de los países con vistas a evitar problemas como la sobreexplotación de los acuíferos o la bajada del nivel de los lagos.
Según un estudio del World Resources Institute (WRI), catorce de los 33 países que tendrán más problemas de agua en 2040 están en Oriente Medio, incluidos los casos más graves de Baréin, Kuwait, Palestina, Catar, Emiratos, Israel, Arabia Saudí, Omán y el Líbano.
jpe