El sur de España se convertirá en un desierto y los bosques caducifolios desaparecerán de gran parte de la cuenca del Mediterráneo a menos que se controle drásticamente el calentamiento global, reveló un estudio difundido el jueves.
Los investigadores utilizaron datos históricos y modelos computarizados para predecir el posible impacto del cambio climático en la región mediterránea, basándose en los objetivos para limitar el calentamiento global acordados por 195 naciones durante la cumbre celebrada el año pasado en Francia.
"El Acuerdo de París indica que es necesario limitar el calentamiento global a dos grados Celsius (3,6 Fahrenheit), de ser posible 1.5 grados", dijo Joel Guiot, investigador en el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia y coautor del estudio. "Eso no le parecerá demasiado a muchas personas, pero queríamos ver cuál sería la diferencia en una región sensible como el Mediterráneo".
Los autores examinaron los cambios ambientales que la región mediterránea ha atravesado durante los últimos 10 mil años, valiéndose de registros de polen para evaluar el efecto que las temperaturas tuvieron sobre la vegetación.
Obtuvieron cuatro escenarios ligados a diferentes concentraciones de gases generadores del llamado efecto invernadero en la atmósfera. Tres de esos escenarios ya son utilizados de manera extensa por los científicos para elaborar modelos sobre el cambio climático en el futuro, mientras que el cuarto fue diseñado para pronosticar lo que sucedería si el calentamiento global permanece en o por debajo de los 1,5 grados Celsius el resto del siglo.
El cuarto escenario es particularmente ambicioso debido a que la temperatura global promedio ya se ha incrementado en un grado Celsius desde la época preindustrial. Es, sin embargo, el único bajo el cual los ecosistemas de la cuenca del Mediterráneo permanecerían dentro del rango de cambios observados en los últimos 10.000 años, de acuerdo a los investigadores.
En el otro extremo — el escenario en el que el calentamiento global alcanza los 2 grados —los desiertos se expandirían en España, el norte de África y el Medio Oriente, mientras que la vegetación en la región sufriría cambios significativos desde las costas hasta las montañas, afirma el estudio.
La región es considerada difícil para la biodiversidad y su paisaje ha sido cultivado desde hace mucho tiempo por los humanos, lo que lo convierte en un caso de particular interés para los investigadores, cuyo trabajo fue publicado en la edición en línea de la revista Science.
"El clima siempre ha sido importante en ese lugar", dijo Guiot, al resaltar las distintas civilizaciones — desde los antiguos egipcios a los griegos y los romanos — que surgieron alrededor del Mediterráneo durante el último milenio.
Aunque la desaparición de dichas civilizaciones probablemente fue el resultado de cambios políticos y sociales, las condiciones climáticas pudieron haber tenido un papel en el pasado, y podrían ser nuevamente un factor en el futuro, afirmó.
El flujo actual de migrantes se debe principalmente a la inestabilidad política, pero las sequías prolongadas podrían provocar éxodos masivos de personas debido al cambio climático, sentenció Guiot.
Los investigadores reconocieron que su estudio no tomó en cuenta el factor del impacto ambiental de la actividad humana en la cuenca mediterránea. Algunas zonas ya experimentan un severo desabasto de agua, que ha empeorado debido a la intensa agricultura y el derribo de árboles.
"Si acaso, la acción del hombre exacerbará las proyecciones del estudio, y podría resultar demasiado optimista", decretó Guiot.
El acuerdo climático de París entra en vigor la próxima semana.
jpe