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El bisonte europeo moderno apareció en el continente hace unos 120 mil años tras un proceso de hibridación entre el extinto bisonte estepario y los antepasados de los actuales bovinos, revela un estudio publicado hoy por la revista Nature.
La investigación, liderada por expertos de la Universidad de Adelaida (Australia), llegó a esa conclusión tras comparar pruebas obtenidas del ADN de fósiles antiguos y el arte rupestre creado por humanos hace más de 15 mil años.
Esta "misteriosa especie" ha sido bautizada por los autores como el "bisonte de Higgs", en referencia al esquivo "bosón de Higgs" o "partícula de Dios", descubierto, por fin, en 2012 en el Centro Europeo de Física de Partículas (CERN).
"La constatación de que un proceso de hibridación desembocó en la creación de una especie totalmente nueva fue una gran sorpresa, ya que esto no debería ocurrir realmente en mamíferos. Las señales genéticas obtenidas de huesos antiguos de bisontes eran muy extrañas, pero no estábamos seguros de que esta especie existió. Por eso lo denominamos 'Bisonte de Higgs'", explicó Alan Cooper, de la Universidad de Adelaida.
Hasta ahora, los orígenes del bisonte europeo, diferente respecto a su pariente americano, han estado rodeados de misterio debido la falta de continuidad en los registros de fósiles.
No obstante, los autores de este estudio han logrado determinar con precisión el proceso evolutivo del bisonte europeo al relacionar las pruebas genéticas disponibles con el citado arte rupestre.
Los registros fósiles más antiguos demuestran la existencia en Europa de dos grandes especies de bovinos: el uro, un bóvido salvaje muy parecido al toro, pero de mayor tamaño; y el bisonte estepario.
La extinción del bisonte estepario hace unos 11 mil 700 años dio paso a la aparición, supuestamente repentina, del bisonte europeo, pero la citada discontinuidad en el registro de fósiles había aportado, de momento, muy poca información a los investigadores sobre sus orígenes evolutivos.
A través del análisis del genoma de restos de 64 bisontes obtenidos en cuevas de Europa, los Urales y el Cáucaso, los expertos de la Universidad de Adelaida, junto a colegas estadounidenses y europeos, establecieron que el bisonte europeo moderno apareció en el continente hace unos 120 mil años por la hibridación entre el estepario y el uro.
Además, observaron que el arte rupestre documentó los cambios en el aspecto de los bóvidos, que coinciden con la aparición del bisonte europeo moderno.
Las pinturas con más de 18 mil años de antigüedad, explican, representaban animales con largos cuernos y grandes cuartos delanteros, similares a los bisontes americanos, que también podrían descender del estepario.
Por contra, los dibujos más recientes, aquellos con un antigüedad de entre 12 mil y 17.000 años, describen a unos bóvidos con cuernos más cortos y jorobas menos pronunciadas, más parecidos a los bisontes europeos modernos.
La datación por radiocarbono demostró que esta "misteriosa especie" fue la dominante en Europa durante miles de años en varios periodos, pero también lo alternó durante espacios de tiempo con el bisonte estepario, considerado hasta ahora como el único presente al final de la Edad de Hielo en el continente.
"Los huesos datados revelaron que nuestra nueva especie y el bisonte estepario se alternaron el dominio en el Europa varias veces, coincidiendo con grandes cambios medioambientales provocados por cambios climáticos, aporta Julien Soubrier, de la Universidad de Adelaida.
"Los investigadores franceses nos confirmaron que hubo realmente dos tipos diferentes de arte sobre bisontes en las cuevas de la Edad del Hielo y que su antigüedad coincide. No hubiésemos imaginado nunca que los artistas rupestres pintaron amablemente para nosotros a ambas especies", concluye el experto.
jpe