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jose.espindola@clabsa.com.mx
La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) de Estados Unidos anunció ayer en conferencia de prensa que tiene evidencia que muestra emisiones de agua con dirección al espacio de Europa, una luna helada de Júpiter.
Los científicos de la NASA, liderados por William Sparks, del Instituto de Ciencia Telescópica Espacial, captaron las emisiones mientras observaban un extremo de la luna al pasar delante de Júpiter.
El objetivo original del equipo de Sparks era determinar si Europa tenía una atmósfera delgada o una exófera que podría bloquear luz desprendida por Júpiter.
Los especialistas explicaron que las emisiones alcanzan una altura de unos 200 kilómetros antes de devolver material a la superficie de la luna, lo que hace suponer que en su interior tiene un enorme océano con dos veces el agua de todos los de la Tierra.
La doctora Julieta Fierro, del Instituto de Astronomía de la UNAM, explicó que esto es posible porque Júpiter produce fuertes mareas gravitacionales sobre Europa, lo que hace que ésta se mueva en diferentes direcciones provocando que se caliente y su interior se funda.
Para entenderlo de mejor manera, Fierro citó el siguiente ejemplo: “Si tomamos una liga y nos la ponemos en la frente, la liga se siente fría o en temperatura ambiente, pero si la estiramos y la encogemos muchas veces y la volvemos a poner sobre nuestra frente, la vamos a sentir caliente porque el movimiento sucesivo le entregó energía a la liga, lo que hizo que se calentara. Lo mismo sucede con Europa”.
Para la doctora Fierro, la superficie de Europa es una evidencia contundente de la existencia de agua en su interior. “Si vemos la superficie de Europa está totalmente lisa, no hay cráteres de impacto. Nuestra Luna, por ejemplo, está cacariza, porque todo el tiempo le caen meteoritos. A la Tierra también le caen, pero el vulcanismo borra los cráteres de impacto. Esto hace pensar que Europa debe tener un proceso que borre los impactos”.
Lo que se ha pensado es que cuando a Europa le cae un meteorito, su superficie se agrieta y sale agua líquida del fondo, se despliega por la superficie y cubre los impactos.
Otra de las evidencias se sustenta por unas imágenes que se pudieron captar gracias al Hubble Space Telescope.
“Con radiación ultravioleta se encontró una especie de géiser de agua y de vapor de agua de 160 kilómetros de altitud, con toneladas de agua que brotan del interior de Europa como plumas volcánicas”, dijo Fierro.
La investigación. Paul Hertz, director de Astrofísica de la NASA, explicó que Hubble analiza a Europa desde 2014, pero hasta ahora se dieron a conocer las evidencias porque fueron sometidas a grandes análisis.
Hertz afirmó que “una vez nos preguntamos si podría haber vida más allá de la Tierra. Vivimos en una era en que los instrumentos nos permiten responder a esa pregunta”.
Para Jennifer Wiseman, astronauta norteamericana, las capacidades del Hubble en el rango ultravioleta fueron claves para lograr este descubrimiento, pero precisó que aún falta entender el timing, es decir, cuándo aparecen las emisiones para saber cuándo podrían recogerse algunas muestras.
También comentó que la misión espacial Juno, que explora Júpiter, no podría recoger muestras porque no está preparada para hacerlo sin contaminar los resultados con materia o microbios procedentes de la Tierra.
“Vamos a suponer que existen las condiciones necesarias para la vida en Europa, si nosotros mandamos una misión que no esté totalmente esterilizada, podríamos contaminarla con vida terrestre y esa vida podría prosperar allá, lo que propiciaría una confusión en su exploración”, dijo Fierro.
El especialista Wiliam Sparks indicó que la posibilidad de que este hallazgo sea un error es muy baja, pero aun así, los investigadores se han mantenido prudentes. “Podría ser que los instrumentos estuvieran reflejando un artefacto, una falsa medición a causa de algún defecto de los instrumentos”.
Una nueva misión. El estudio de la NASA plantea la posibilidad de lanzar una misión en 2020, pero no para encontrar vida, sino para analizar la habitabilidad de la luna.
Si se envía en 2020 dependerá del lanzador saber cuánto tiempo se haría. “Para sacar un kilo de materia de la Tierra se necesitan mil kilos de combustible. Entonces es necesario un cohete enorme y conviene usar un camino donde se utilice la atracción gravitacional de otros planetas para crear un efecto búmeran, tal como se hizo con Juno, que se tardó siete años en llegar a Júpiter.
Sin duda, Europa se postula como el principal objetivo dentro del Sistema Solar para buscar vida.