Hace unos 70 millones de años, un dinosaurio con pico de pato vivía junto a un mar poco profundo que cubría lo que hoy es Nueva Jersey, y tenía un verdadero dolor en el brazo. Según información publicada por Science, por fin, los paleontólogos dieron un diagnóstico contundente: artritis séptica, una enfermedad ósea que a menudo se desarrolla cuando una lesión es seguida de una infección.

A pesar de que los científicos no tenían nada más que dos huesos del brazo para seguir adelante, los fósiles contenían suficientes pruebas para hacer el análisis post-mortem posible. Dicho análisis ofreció una única, aunque dolorosa, ventana a la vida cotidiana de los dinosaurios.

Incluso a simple vista, los huesos del brazo no se veían del todo bien, afirmó Jennifer Anne, paleontóloga de la Universidad de Manchester, en el Reino Unido, y autora principal del estudio. Su excentricidad despertó su interés en los fósiles de dinosaurios. "Estoy interesada en cualquier cosa con una lesión.", expresó en son de broma.

Los huesos eran un radio y un cúbito demasiado frágiles. Los fósiles fueron descubiertos en el siglo XIX en la formación de Navesink, New Jersey, una capa de carbonato rica en verdosa, calcio de arena, arcilla y barro. Los primeros paleontólogos encontraron una gran cantidad de fósiles en la formación que reflejaba el pasado acuoso de la región.

Anne comentó que el diagnóstico de enfermedades antiguas de los fósiles es complicado por varias razones. Por un lado, la fragilidad de los fósiles hace que sea imperativo no dañar aún más, así que, cortarlos para obtener más información, no era una posibilidad. Por otro lado, comparar a las especies con los reptiles y aves de nuestra época, no era posible, ya que, a pesar de que son descendientes, se descubrió que se curaban de manera muy diferente. Y luego está lo obvio: "Nuestra paciente falleció hace 70 millones de años. Un médico no se limita a considerar los huesos para diagnosticar una infección" afirmó la investigadora.

Así que los especialistas recurrieron a una técnica médica no invasiva para examinar el interior de los huesos, así como sus exteriores. Se escanearon los dos fósiles del brazo con una microtomografía de rayos x.

El interior de ambos huesos mostró regiones de erosión, con una textura porosa de poliestireno, en lugar de tejido óseo denso saludable. En el exterior, ambos mostraron áreas de crecimiento de hueso, protuberancias y las estribaciones de nuevos huesos que se formaron en respuesta a una lesión. Sobre la base de las imágenes, los investigadores comenzaron un proceso de eliminación, teniendo en cuenta diversas enfermedades, incluyendo posibles gotas, osteomielitis (en la que el propio hueso está infectado), y la artritis séptica (en la que el cartílago infectado también puede afectar el tejido óseo).

El mejor diagnóstico posible a partir de los datos visuales disponibles era la artritis séptica. Los patrones de erosión dentro del hueso y el crecimiento de las protuberancias que probablemente actuaron para fortalecer la articulación, apuntaron a esa condición en particular.

Lo que causó la lesión inicial no es posible decir, por supuesto, pero podría haber sido cualquier número de cosas, según Anne. "Podría haber comenzado con que tenía artritis. Podría haber conseguido un corte, o roto esa articulación, y luego tuvo una infección. Es una vida dura para cualquier animal salvaje." Pero, señaló que después de la lesión y del crecimiento de los huesos, el dinosaurio probablemente sobrevivió durante algún tiempo.

Anne además dijo que el uso de técnicas no destructivas tales como la microtomografía de rayos X está teniendo un impacto significativo en la paleontología.

jpe

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