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El astronauta estadunidense retirado Buzz Aldrin, el segundo hombre en pisar la Luna con el programa Apolo 11 en 1969, es el creador de una de las visiones más audaces para lograr la conquista del espacio profundo y llegar a Marte en el año 2040.
Al igual que durante la década de los 60 para el programa Apolo y la conquista de la Luna, Aldrin asegura ahora que es necesario trazar una inspiradora y audaz meta, con una visión de exploración espacial unificada para establecer una presencia humana permanente en Marte.
A sus 86 años, este ingeniero y doctor en ciencias es el arquitecto del programa “Aldrin Cycler Mars”, un programa de rutas cíclicas para llegar al “Planeta Rojo” en las próximas dos décadas con base en misiones sucesivas al espacio alrededor de la Luna (Cislunar), asteroides, Phobos –la Luna de Marte-, y la superficie de Marte.
Por separado y como parte de su programa “Journey to Mars” la NASA trabaja en la actualidad en un programa para construir un puesto en el espacio Cislunar para que pueda servir de enlace al final de la actual década en su programa, que prevé la llegada a Marte en 2035.
Aldrin no está convencido de que sea el tiempo suficiente para llegar al “Planeta Rojo” y piensa que una fecha posterior es más realista.
“Un momento muy atractivo para que un presidente haga un compromiso es el 50 aniversario de la llegada de Estados Unidos a la Luna y eso es en 2019, y si nos fijamos en dos décadas a partir de ahí, es el 2039, por lo que pienso que será en 2040”, dijo Aldrin en una reciente entrevista con la cadena de noticias Fox.
Para 2040, explicó Aldrin, los astronautas podrían haber visitado la luna marciana Phobos, que podría servir como una especie de trampolín para luego aterrizar en Marte.
“A partir de Phobos los astronuatas pueden hacer el montaje final y revisar todos los sistemas de soporte vital, vivienda y materiales de construcción finales, y si tienen éxito haciendo eso podrán aterrizar en Marte”, apuntó.
El programa del segundo hombre en la Luna se basa en misiones de relevo y tiene como objetivo reducir la cantidad de combustible necesario para el viaje épico, así como limitar los riesgos para la salud de los astronautas en los vuelos espaciales de larga duración.
La distancia promedio para visitar Marte son 225 millones de kilómetros y el viaje tomaría seis meses de ida y seis de regreso, pero una misión al “Planeta Rojo” pudiera durar hasta tres años, pues los vuelos tienen que ser programados en torno a las posiciones orbitales de los planetas, explicó Aldrin.
El astronauta de la NASA Scott J. Kelly pasó en fecha reciente 340 días en el espacio, una hazaña que allana el camino para las misiones espaciales a largo plazo, como el ambicioso plan para enviar humanos a Marte.
Al igual que hace casi 50 años, cuando Aldrin pisó la Luna, hoy la visión de este hombre sistemático y laborioso nacido en Nueva Jersey en 1930, ilusiona a muchos.
Su nombre “Buzz” se originó en su niñez, pues su hermana pequeña pronunciaba mal “brother” (hermano en inglés) como “buzzer”, y luego se acortó a Buzz.
Aldrin cambió legalmente su nombre Edwin Eugene a Buzz en 1988 y también ha recibido el apodo de “Doctor Rendezvous” (Doctor Encuentros) por otros astronautas, debido a que su tesis doctoral versaba sobre encuentros orbitales.
Como preludio a su misión lunar, en 1966 voló al espacio a bordo de la Gemini XII, un vuelo de cuatro días de duración en el cual orbitó 59 veces alrededor de la Tierra y terminó exitosamente el programa.
Pero fue tres años después que la misión Apolo 11 lo hizo pasar a la historia junto al fallecido comandante de la misión, Neil Armstrong.
Ambos pasaron cerca de 20 horas sobre la superficie lunar antes de regresar al módulo de mando, donde Michael Collins les esperaba para emprender el viaje de retorno, que se cumplió el 24 de julio de 1969.
Aldrin también fue una figura central para establecer los métodos necesarios para llevar a cabo las actividades extravehiculares (EVA) que los astronautas realizan fuera de sus naves. Éste fue otro de los avances críticos para el éxito de Apolo.
Muchas se sus experiencias han sido plasmadas en sus libros, como Return to Earth (1970), que rememora el vuelo del Apolo XI y luego Men from Earth (1989), que discute la carrera espacial entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, y Buzz Aldrin Mision To Mars (2013), en el que plasma su programa para conquistar el “Planeta Rojo”.
jpe